Tras conocerse que dos de los grupos de comunicación más importantes del mundo habían invertido 3 millones de euros en el iTunes de las noticias, han surgido algunas voces que dudan del verdadero potencial de esta startup. ¿El futuro de la prensa pasa por la venta de artículos individuales como si fueran canciones? ¿El éxito en el mercado holandés es extrapolable al resto del mundo? Hay motivos para pensar que este nuevo modelo de negocio no es la panacea.
Una de las iniciativas más novedosas y de mayor éxito en el negocio de la prensa en los últimos tiempos es el quiosco digital Blendle. Esta startup holandesa, que apenas cuenta con medio año de vida, vende artículos individuales de medios digitales imitando el modelo de iTunes con las canciones.
“The New York Times” y el grupo Axel Springer han decidido invertir 3 millones de euros en una empresa que se postula como una solución lucrativa para los medios. Sin embargo, desde la web “Quartz” aseguran que el éxito de la startup podría ser simplemente un espejismo.
Los motivos que alegan son varios. En primer lugar, es difícil imaginar que este tipo de negocio pueda triunfar a nivel global. El mercado holandés es pequeño y controlable, pero la cantidad de páginas que se pueden encontrar en la red de forma gratuita en inglés son infinitas. Desde esta web lanzan una pregunta: ¿pagaría unos céntimos por leer una historia de “The Economist”, único medio en inglés en unirse al servicio, cuando una amplia cobertura sobre el mismo tema está a un clic de distancia de forma gratuita?
También es cuestionable que este sistema beneficie a los medios de comunicación. Vender contenidos por porciones, por un lado, sirve para aislar las historias y que los usuarios solo se fijen en las más llamativas, dejando de lado las más interesantes. En una página web, los medios cuentan con la baza de la serendipia: mientras buscaban un tema de su interés, llegaron a otros que desencadenaron su curiosidad. Por otro lado, esto afecta a los ingresos publicitarios. Separar los anuncios del contenido ahora que los editores intentan personalizar la publicidad para ajustarla al perfil de los usuarios es un grave error. Por último, también se acabaría con el sistema de “subsidio cruzado” que los medios de comunicación han construido en los últimos años: historias que atraen a gran parte de la audiencia y que son baratas de producir compensan las de baja audiencia y costosas, pero necesarias, como la cobertura extranjera o artículos de investigación. Lo obtenido por formar parte de Bendle no permitiría cubrir los gastos para mantener un amplio equipo de redacción.
La inversión de “NYT” se justifica por su intento de diversificar sus fuentes de ingresos, mientras que Axel Springer perseguiría debilitar el poder que ejerce Google sobre la prensa. Pero ninguno se ha planteado que el modelo de iTunes ya no funciona ni para la música. El Ingreso Promedio por Usuario (ARPU) ha pasado de 4,30 dólares por persona en el primer trimestre de 2012 a 1,90 dólares en el de 2014. Esta caída del 56% en dos años se debe a que los usuarios prefieren pagar por una tarifa plana mensual y acceder a los contenidos de manera ilimitada. Ya lo vaticinó Ken Doctor: el modelo de futuro de la prensa se parecerá más al de Netflix.