Con la llegada de la publicidad nativa, la línea entre el auténtico periodismo y el contenido patrocinado es cada vez más borrosa. Ken Doctor lo llama el “enturbiamiento de aguas” entre las informaciones y el marketing. El periodismo tradicional se siente amenazado, pero no puede renunciar a esta nueva fuente de ingresos. En cambio, los relaciones públicas han encontrado el modo de utilizar el medio digital para insertar noticias corporativas en webs y redes sociales evitando a los periodistas. ¿Será posible una convivencia tranquila?
Mientras que el empleo en las redacciones estadounidenses ha disminuido un tercio desde 2006, según datos de la Sociedad Americana de Editores de Noticias, los relaciones públicas están creciendo. Por cada periodista que trabaja en medios en EE.UU., hay 4’6 personas que lo hacen como relaciones públicas, frente a los 3’2 de hace una década, informa “Financial Times”. “The Economist” recogía en 2011 una investigación de Jamil Jonna, de la Universidad de Oregon, en la que las diferencias eran mucho más elevadas: en 2009, por cada periodista estadounidense, había seis profesionales de las relaciones públicas.
Sea como fuere, lo cierto es que los decepcionados periodistas están empezando a buscar refugio en una profesión que les permita ganar más dinero y para cuyas habilidades, que en definitiva tienen que ver con contar historias, están más que preparados. Pero también son las propias empresas periodísticas las que están demandando este tipo de profesionales. Nativos digitales como “BuzzFeed” cuentan con un equipo de 50 personas al servicio de sus clientes.
Es evidente que el modo de presentar la publicidad está cambiando. Aunque las clásicas campañas que se limitan a mostrar visualmente cómo es un producto seguirán existiendo, lo cierto es que cada vez está más extendida la narración de historias como método para promocionarlos. Las empresas pretenden que los contenidos patrocinados se introduzcan de la manera más sutil y madura posible, a pesar de que esto suponga dinamitar los límites entre la información y la publicidad. El espectador quizás se pueda sentir engañado, pero lo cierto es que es un formato más efectivo que los banners o las vallas, informa “Monday Note”.
“Financial Times” señala que empresas como Microsoft, Burberry o Ford están sabiendo utilizar muy bien los medios de comunicación. Prácticas como la confección de vídeos o fotografías promocionando al nuevo CEO de la empresa sustituyen a las ruedas de prensa con preguntas. Pero los medios no ven con malos ojos el envío de este tipo de material, ya que el hecho de convertirse en compañías multimedia les obliga a refrescar contenidos 24 horas al día. Son de hecho los ejecutivos de empresa los que han encontrado otros canales por los que emitir sus mensajes. Tanto los blogs en vivo de Apple como las revistas corporativas de Coca-Cola e incluso las redes sociales, les permiten prescindir de la prensa y hacer que sea ésta la que acuda a ellos para nutrirse de contenidos. Las empresas han pasado de la necesidad de pagar a los medios por poner un anuncio en sus páginas o ganarse su confianza para lograr la publicación de sus notas de prensa a convertirse en medios de comunicación autosuficientes. Así es como las organizaciones de noticias se han visto abocadas a introducir publicidad nativa en sus ediciones digitales.
Varios expertos coinciden en señalar que a los usuarios les da igual de dónde viene la información mientras el contenido les resulte interesante. Al final del día, el consumidor es el que decide qué es noticia. La culpa es de la propia industria de las noticias, que “no ha sabido explicar qué es lo que hace al periodismo diferente”, asegura el analista Ken Doctor.
La pregunta es: ¿podrán coexistir estas dos industrias? Parece que, cuanto menos, están condenadas a entenderse.