¿Has notado que tu iPhone se ralentiza cuando va a salir al mercado el producto actualizado? Tranquilo, es la percepción que tienen la mayoría de los fanáticos de Apple. El profesor Sendhil Mullainathan quiso averiguar si este hecho obedecía a una fecha de caducidad preestablecida por el fabricante para potenciar el consumo. Los resultados de la investigación que ha llevado a cabo junto a una de sus alumnas son sorprendentes.
Desde que “The New York Times” publicara en octubre pasado que el iPhone 4 se había vuelto más lento tras la actualización de iOS 7, la duda sobre la puesta en marcha de una política de empresa basada en la obsolescencia programada ha estado planeando sobre la compañía de la manzana.
Tras escuchar a los adeptos de esta teoría de la conspiración, Sendhil Mullainathan, profesor de economía en Harvard, quiso ir más allá y dar una explicación científica a la ralentización que él mismo había percibido. En un artículo que acaba de publicar “The New York Times”, considera que crear productos que tengan una fecha de caducidad programada no responde a una estrategia de mercado lógica ni ayuda a aumentar las ganancias. Además de un evidente riesgo legal, Apple sería sustituida por otras marcas cuyos teléfonos no se vieran afectados por este problema.
Pero esto solo es la teoría. Para poder obtener resultados empíricos, Laura Trucco, alumna de Mullainathan, trabajó con Google Trends para comprobar en qué momentos la frustración que mostraban los dueños de iPhones era mayor. Escribiendo los términos “iPhone lento”, la herramienta le permitió verificar que este tipo de búsquedas coincidía con el lanzamiento de nuevos teléfonos de la marca.
Aunque es obvio que un móvil se vuelve más lento con el paso del tiempo, lo cierto es que el gráfico que resulta de este estudio demuestra que la sensación de que el dispositivo se ha ralentizado no crece gradualmente, sino que aparece de repente los días posteriores a la salida a la venta de un modelo actualizado.
El estudio también se centró en averiguar qué ocurría con los teléfonos de Samsung. El resultado es muy diferente, al igual que con otros teléfonos Android: no existe correlación entre la percepción de que esos modelos vayan más lentos con el lanzamiento de versiones mejoradas. Esto habla en favor del departamento de marketing de Apple, que ha conseguido que la salida al mercado de cualquier producto llame la atención tanto de la prensa como de los usuarios, hasta el punto de crear en estos últimos la sensación de que necesitan sustituir su viejo teléfono.
A pesar de las evidencias encontradas por su alumna, el profesor Mullainathan quiso puntualizar que estos datos muestran correlaciones, no conclusiones, porque hay otros factores que explicarían las diferencias entre Apple y Samsung. Por ejemplo, se ha observado que el llamado “síndrome del iPhone lento” se padece cuando el dispositivo nuevo se pone a la venta y no cuando se produce el anuncio de un futuro lanzamiento. El profesor asegura que solo el 18% de los usuarios de Android tienen instalados los últimos sistemas operativos en sus teléfonos, frente a un 90% de los usuarios de iPhone. Por lo tanto, al tener la posibilidad de actualizar el software, los usuarios de Apple lo hacen sin tener en cuenta que al no haber mejorado el hardware pueden perjudicar el rendimiento de su teléfono.
Ésa sería la teoría benigna. La conspiranoica indicaría una intencionalidad por parte de la compañía. Apple lanza sus dispositivos con su propio sistema operativo optimizado. En principio, esto crearía el motivo para vender más dispositivos y los medios de control sobre los sistemas operativos para ralentizar el teléfono antiguo. Google tiene los medios (controla el sistema operativo Android) y Samsung, junto a otros vendedores de teléfonos Android, tienen el motivo, pero no los medios.
Cultura consumista, efecto psicológico, obsolescencia planificada, intereses creados… ¿Cuál es tu teoría?