El ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, encabeza la comitiva que partió con destino Nueva York y Londres con el objetivo de promocionar la licitación de la frecuencia de 700 MHz que se subastará en agosto, y por la que se espera recaudar unos 3.400 millones de dólares.
Brasil, la primera potencia económica de América Latina, pero con retrasos en el ámbito de las infraestructuras, está empeñado en modernizar su segmento de banda ancha. Motivos no le faltan: en los últimos cuatro años el número de acceso a ese servicio se incrementó 1.026%. O, lo que es lo mismo, pasó de 12,1 millones de accesos en2010 a137,2 millones en 2014. De hecho, la actual Administración colocó a la universalización del acceso a Internet, con un banda ancha rápida, barata y segura, en el foco de su gestión, actual y próxima, en caso de ser reelegida la actual presidenta, Dilma Rousseff.
En este marco se inscribe la visita del ministro Paulo Bernardo a las capitales bursátiles del mundo: el Gobierno brasileño quiere presentar el pliego a nivel global para convocar a empresas de telecomunicaciones que aún no tengan negocios en el país.
Tanto en Nueva York como en Londres, se celebrarán reuniones con inversores, promovidas por los consulados brasileños de esas ciudades.
La frecuencia de 700 MHz actualmente es ocupada por canales de televisión abierta, pero quedará libre una vez que las emisoras pasen a la tecnología digital. Al ser liberada, la frecuencia será usada para ampliar el servicio de telefonía e Internet 4G en todo el país.
La frecuencia de 700 MHz posibilita la cobertura de grandes áreas con el uso de menos antenas, lo que permite llevar los servicios de telecomunicaciones inclusive a las áreas rurales con un costo más bajo.