Matías Garfunkel y Sergio Szpolski, socios en el multimedio Veintitres , están por poner un pie en ese sector alentados por la Casa Rosada, según un artículo de La Nación.
De los medidos K ya se habló hasta la saciedad. Pero ahora podría darse una vuelta de tuerca y comenzar a hablar de operadores móviles K. ¿Sorpresa? Espere que hay más: el negocio es otro, pero los protagonistas los mismos.
Al contrario de Enrique Carrier, uno de los principales analistas del secto, que se la jugó Nextel, en vista de la próxima licitación de frecuencias 3G y 4G, el periódico conservador La Nación arriesga a que el cuarto operador de telefonía móvil será kirchnerista.
La Nación asegura que con el aval -y el estímulo- de la Casa Rosada (especialmente de la agrupación La Cámpora, liderada por el hijo presidencial, y con cargos clave en la Secretaría de Comunicaciones y la operadora estatal Arsat), los empresarios Matías Garfunkel y Sergio Szpolski, socios en el multimedio Veintitres , están por poner un pie en ese sector. Según el periódico, ambos socios tienen por lo menos dos alternativas: comprar Nextel o presentarse con Telcorad, una desconocida pyme de telecomunicaciones propiedad de los empresarios.
La Nación confirmó que efectivamente hay negociaciones por Nextel. La compra de Telcorad, le fue informada a La Nación por una alta fuente del grupo Veintitrés, según la cual Garfunkel y Szpolski analizaron la compra de Nextel, aunque después la descartaron. Si esto es así, de las dos alternativas manejadas por el diario porteño sólo quedaría la segunda. Aunque la historia aún se está escribiendo, como veremos más adelante.
"A los norteamericanos de Nextel les gustaría vender a alguien con más «integrity», como dicen ellos, pero no tienen más remedio que hacerlo a aquel que les asegure que la operación será aprobada por el Gobierno, y éste parece ser el caso", dijo una de las fuentes a La Nación. Quien debe asegurar esa firma es el secretario de Comunicaciones, Norberto Berner, uno de los principales referentes del camporismo que lidera el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner. De no darse el OK oficial, Nextel y su comprador entrarían en un limbo de incertidumbres. Según el ejecutivo de Veintitrés que habló con La Nación, "lo de la venia del Gobierno es relativo, porque no es servicio público, y si bien tiene que autorizar, lo debe hacer con menos requisitos y casi sin poder discrecional".
¿Y por qué no a Nextel? "No nos sirve Nextel salvo que nos la vendan por dos pesos: los sitios donde están sus antenas son 70% alquilados y no cubren toda la Argentina, no tienen espectro 3G y habría que tirar a la basura toda la tecnología que usan. Sería como comprar una aerolínea y licitar por una línea de tren. Para licitar no hace falta la mochila de tecnología obsoleta y empleados", explicó, en La Nación, el vocero de Veintitrés. Sí confirmó que participarán de la licitación para 3G y 4G sin Nextel, a través de una empresa pequeña operadora que el grupo opera en Mendoza y Neuquén y que se llama Telcorad.
Según supo La Nación, es posible que Garfunkel y Szpolski compren Nextel por dos pesos porque el kirchnerismo aplicaría a esa operadora una receta de "argentinización" similar a la que ya usó en 2007 en YPF, antes de estatizarla definitivamente. Así, Nextel sería comprada, en parte, con su propio dinero. Impedida de girar dividendos a su casa matriz, la firma tiene una caja repleta de pesos (una fuente dice que equivaldrían a 120 millones de dólares, otra sostiene que podrían ser hasta 180 millones). El gobierno le permitirá convertir esos pesos a dólares al valor oficial y girarlos a su sede central, donde ningún recurso alcanza para aplacar una deuda de casi 6.000 millones de dólares.
Más allá del giro de divisas retenidas, según fuentes del mercado, citadas por el períodico, la filial argentina de Nextel valdría actualmente cerca de 200 millones de dólares. Sin embargo, con espectro, autorización oficial para funcionar, una inversión en infraestructura de alrededor de 800 millones y un management eficiente (que logre quitarle 10% de la clientela a cada uno de los otros tres operadores), la misma compañía "podría valer hasta 8.000 millones de dólares dentro de cinco años", según afirmó uno de los ejecutivos consultados.
La Nación recuerda que Nextel tiene dos millones de clientes en la Argentina, donde explota un negocio muy rentable (en 2013 facturó 3000 millones de pesos), pero utiliza una tecnología antigua (iDen de Motorola) que el año próximo podría quedar obsoleta, sin mantenimiento ni fabricación de nuevos terminales. Además, carece de frecuencias 3G, lo que le impide competir en igualdad de condiciones con las demás empresas.
En 2011, sigue el periódico, Nextel se presentó -y hubiera ganado- a una licitación por espectro 3G idéntica a la que ahora impulsa el gobierno de Cristina Kirchner. Aquel viejo concurso fue dejado "sin efecto" en 2012, cuando todo el espectro involucrado fue asignado a la estatal Arsat y destinado al frustrado proyecto de telefónica gubernamental Libre.ar, ahora descartado. Ahora, recuerda La Nación, todos los órganos oficiales en telecomunicaciones están bajo control de La Cámpora.
Garfunkel y Szpolski son socios en el conglomerado de medios Veintitrés, donde a pesar de una supuesta pelea el segundo opera como gerente del primero. En los últimos años, ese grupo recibió alrededor de 100 millones de pesos (12,3 millones de dólares) anuales en publicidad oficial, sin contar otros beneficios estatales (por ejemplo, el Gobierno pone al aire de manera gratuita en la televisión digital terrestre la señal de noticias CN23).
Ahora van a por más.