Uber, la aplicación para solicitar trayectos en vehículos privados, ha dado el campanazo al conseguir la ronda de financiación más grande protagonizada por una startup hasta la fecha: 1.200 millones de dólares de inversión (879 millones de euros). Tras esta recaudación, se estima que el valor de la compañía es de 18.200 millones de dólares (13.340 millones de euros), una de las valoraciones más altas de la historia para una empresa de Silicon Valley.
Esta sorprendente financiación, es un "voto de confianza de los inversores" en el "potencial de crecimiento" de esta aplicación. "Uber es una de las compañías de más rápido crecimiento de la historia y creemos que hay oportunidades para continuar con una gran progresión", ha explicado el portavoz de Summit Partners, una de las compañías que ha invertido en la firma.
Uber fue creada en 2010 en San Francisco y actualmente opera en 128 ciudades de 37 países diferentes. Su objetivo es expandirse fuera del negocio de los taxis a otras áreas de transporte como el carpool, la práctica que consiste en que diversas personas compartan coche tanto para viajes periódicos como para trayectos puntuales y que servicios como BlaBlaCar ya explotan. En apenas cuatro años de vida la start-up californiana se ha convertido en la estrella del competitivo universo tecnológico. Gracias a esta multimillonaria ronda de financiación, Uber ha conseguido multiplicar por cinco su valor de mercado en apenas un año y ahora vale más que pesos pesados como Dropbox o Spotify.
Uber, que fomenta el traslado de pasajeros haciendo gala del denominado consumo colaborativo, empezó en San Francisco con el que a priori fue el eje central de su negocio: el alquiler de limusinas. Luego la compañía añadió más servicios, incluyendo el alquiler de taxis convencionales, de limusinas más grandes y de vehículos todoterreno. Pero lo que ha catapultado al exito a la start-up californiana es uberX, un servicio más general en el que participan conductores no profesionales que utilizan sus coches personales y que permite que el usuario pueda solicitar a través del móvil trayectos de manera más fácil, más rápida y sobre todo más económica que en los taxis tradicionales.
Protestas de los taxistas
En España, Italia y Reino Unido el servicio ha generado el malestar del sector de conductores profesionales y taxistas, que se han movilizado en su contra y han denunciado a la empresa por competencia desleal, pidiendo el cierre de sus servicios. Uber se ha defendido argumentando que "simplemente pone a los usuarios en contacto y no es un servicio de transporte".
Tras la batalla emprendida por el sector del taxi en diferentes países europeos para lograr el veto de las autoridades a Uber, Bruselas ha decidido tomar cartas en el asunto y posicionarse a favor de la empresa norteamericana. La semana pasada la Comisión Europea se mostró contraria a prohibir los servicios de transporte en vehículos compartidos entre particulares. También la vicepresidenta de la Comisión, Neelie Kroes, se posicionó hace tiempo al respecto de la controversia dando la razón a Uber ya que, en su opinión, prohibir aplicaciones como la citada supone un claro intento de «proteger al gremio del taxi» limitando así el abanico de oportunidades del ciudadano. Por su parte, los taxistas catalanes y madrileños dieron la voz de alarma este mes al considerar que la compañía se «lucra de forma ilegal poniendo en serio peligro la seguridad del ciudadano».