Desde el mes de enero, el diario “La Prensa Gráfica” de El Salvador utiliza drones para aumentar su cobertura informativa. El drone posibilita desde el ofrecimiento de imágenes aéreas del tráfico hasta cubrir la participación de los votantes en las elecciones. La falta de regulación ha permitido su expansión, aunque el debate sobre la posible vulneración del derecho a la privacidad está abierto.
El periódico salvadoreño “La Prensa Gráfica” lleva utilizando vehículos aéreos no tripulados (UAV) desde enero, convirtiéndose en uno de los primeros medios de su país en cubrir informaciones con drones, informa “Global Post”.
El drone LPG fue utilizado por primera vez durante las elecciones salvadoreñas, cubriendo todos los mítines y ofreciendo panorámicas aéreas de la afluencia de gente a los centros de votación. Tras el éxito de esta experiencia, “La Prensa Gráfica” ha seguido utilizando los drones para informar de los atascos en la ciudad, cubrir eventos deportivos u ofrecer una visión desde el cielo de los avances en la construcción o reparación de edificios y carreteras, entre otros.
Vladimir Lara, director de fotografía del periódico, asegura que las instantáneas tomadas desde el cielo permiten obtener un 70% más de puntos de vista que las fotos convencionales. Por ello, hasta el gobierno está usando un modelo más grande de avión teledirigido para combatir el narcotráfico. Los tres drones que utiliza “La Prensa Gráfica” son mucho más básicos, costando cada uno 1.500 dólares. Alquilar un helicóptero, asegura Lara, costaría 500 dólares la hora.
Mientras que en El Salvador y otros países de América Latina como México y Perú, además de Brasil, empieza a ser habitual el uso de drones en los medios de comunicación, en EE.UU. las organizaciones de noticias se topan con una ley que prohíbe el uso de aviones no tripulados con fines informativos y comerciales. Aunque la Administración Federal de Aviación está revisando las cuestiones éticas, lo cierto es que si finalmente se introdujera alguna reforma, no posibilitaría el uso de esta tecnología hasta dentro de al menos dos años.
En los países en los que hay una falta de regulación en esta materia está surgiendo un espacio aéreo experimental. Pero ya hay voces que alertan sobre la posible vulneración de los derechos a la intimidad y la privacidad. En el caso de El Salvador, un país que sufrió recientemente 12 años de guerra civil, hay cierto miedo a que un medio que cuente con un drone pueda utilizarlo con fines políticos para invadir la privacidad de un opositor. Sin embargo, la corta duración de la batería (12 minutos) convierte a estos drones en vehículos poco amenazadores.
En cambio, algo que sí preocupa a los medios es la dificultad que encuentran para sortear cables de teléfono o de luz y que puede provocar la caída del drone al suelo. Desde “La Prensa Gráfica” aseguran que la seguridad de las personas está por encima de todo, por lo que procuran hacer volar al drone a una distancia suficiente para no poner en riesgo la vida de la gente.