Hace no mucho que oí hablar de un master o módulo de formación sobre coolhunting y de la historia de esta profesión y sus orígenes hace más de veinte años.
Temiéndome estar absolutamente desactualizada, durante un tiempo presté mucha más atención a estas supuestas tendencias incipientes que podían significar una oportunidad para las marcas. Mi gran descubrimiento fue que no había nada nuevo en el coolhunting que a nivel de contenido no se hiciera ya en relaciones públicas, salvo que ahora tenía un nombre y algún afortunado podía vivir de ello.
En relaciones públicas el coolhunting, identificar tendencias o sencillamente estar a la última es una de las normas básicas para dotar a tus contenidos de un interés adicional de actualidad. Ojo, con ello no quiero desmerecer la profesión del coolhunting, la cual considero que no es nada fácil, pues requiere una actitud de escucha constante que exige mucho tiempo.
Ver cine, tele, exposiciones, museos, asistir a espectáculos, encuentros, presentaciones, leer todo tipo de prensa, de libros, viajar, entrar en todas las tiendas, hablar con todo tipo de gente y sobre todo tipo de temas… y quedarse con la esencia, identificar la oportunidad, saber ver el valor. Además de requerir mucho trabajo, no cualquiera vale para ello.
En relaciones públicas hacemos una labor parecida y nuestra misión es saber aplicar ese valor a las marcas y, por supuesto, al contenido que creamos en torno a ellas.
Si tuviera que enumerar las tendencias que han venido acompañándonos este año y que considero que podrían aplicarse a las relaciones públicas, algunas podrían ser:
Lo más curioso es que estas tendencias no necesariamente pueden aplicarse sólo a productos y campañas de consumo. Sólo hay que abrir la mente y saber ver la conexión, lo demás vendrá sólo.
María Cobos
Directora de Cuentas Corporativo Cohn & Wolfe
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