El comercio electrónico está teniendo una progresión explosiva en muchos mercados tecnológicamente avanzados. La oportunidad para los medios de comunicación en crisis galopante es apostar fuerte por este canal, pues tienen importantes ventajas de credibilidad y creación de comunidades. En China, el gigante del comercio electrónico Alibaba está experimentando un convenio con doce diarios para convertirlos en catálogos de compra. El tema se ha abordado en la conferencia Digital Media Europe que se está desarrollando en Londres.
Damos cuenta en esta edición de la interesante experiencia que el director digital del grupo italiano RCS, Alceo Rapagna, expuso en Londres. (Como los italianos son los dueños del grupo español Unidad Editorial, en difícil situación, las innovaciones del "Corriere Della Sera", podrían ser de gran utilidad para "El Mundo" y "Marca").
La próxima salida a bolsa de Alibaba, con una valoración que podría alcanzar los 200.000 millones de dólares, situaría a esta empresa china entre las cinco firmas tecnológicas mayores del mundo. No es de extrañar si tenemos en cuenta que este año el comercio electrónico de consumidores individuales de China alcanzará la fabulosa cifra de 394.000 millones de dólares y Alibaba acapara el 80% de esa cifra. El gigante chino está desarrollando una tarjeta de crédito virtual con la cual se podrá pagar las compras que se realicen en las webs de comercio electrónico de EEUU y la mercancía se entregará a un cliente chino en su casa en 10 días. También planea convertir a una docena de diarios de gran tirada chinos en "catálogos de compra", verdaderas ventanas de productos encuadrados en informaciones relacionadas. Mediante un código QR, los usuarios se dirigen directamente a la compra en una tienda electrónica.
En España, los diarios tienen una dilatada experiencia en ventas de productos diversos. Inicialmente, esta estrategia estaba encaminada a elevar las ventas de ejemplares con la promoción de estos productos, lo que tenía un coste para los editores. Ya se ha visto que a la larga estas promociones no han logrado ni de lejos detener la caída sin final de la difusión de la prensa tradicional, pero esta práctica se ha convertido en una línea de negocio nueva. Los bajos precios que permiten las compras masivas suponen al final un negocio para los editores y el público español se ha acostumbrado a adquirir por este procedimiento numerosos artículos, especialmente en electrónica de consumo. El marchamo de una cabecera con una larga tradición se ha demostrado como un argumento de venta bastante eficaz. La capacidad de los medios de papel para crear y desarrollar comunidades de seguidores, un asunto en el que los editores españoles están aún en pañales, es otro polo de atracción que se está demostrando muy sólido en mercados avanzados.
En España ya hay unas 85.000 empresas de comercio electrónico, según un estudio de Xopie en colaboración con el BBVA. Aún hay mucho que recorrer hasta los 230.000 comercios On Line que hay en el Reino Unido o las 110.000 en la vecina Francia, donde en un solo año se han creado cerca de 20.000. Los atribulados editores españoles harían bien en innovar en este terreno en vez de gastar sus fuerzas en más EREs, más reducciones de sueldos, más recortes y utópicas fusiones de medios arruinados.