No deja de sorprender que una personalidad de Hollywood galardonado con el Oscar al mejor actor, nos de una lección de liderazgo, pero efectivamente fue lo que hizo en un breve discurso de agradecimiento de menos de cinco minutos.
Se refirió a que cada día a lo largo de su vida, realmente son 3 las cosas que ha necesitado tener en cuenta:
- Alguien a quién admirar.
- Algo por lo que luchar y mirar hacia delante.
- Alguien a quién seguir.
En cuanto a quién admirar, se refirió a Dios, aunque algunos líderes, aunque no renieguen de Dios, pueden mirarse en el espejo de otras personalidades de la política, la economía, etc. como ejemplos a seguir.
Hay estudios sobre liderazgo que evidencian que los líderes más admirados son aquellos que demostraron tener una gran visión. Sin embargo, también son respetados aquellos líderes que demuestran tener sensibilidad, comportamiento ético y que son motivadores de su gente. Y son varios los estudios que dan prioridad a los factores emocionales por encima de las habilidades técnicas tradicionales.
En cuanto a algo por lo que luchar, McConaughey agradeció a aquellas personas que en su vida uno quiere que estén formando parte de su día a día, citando a su padre que le enseñó “cómo ser un hombre” o su madre “que le enseñó cómo respetar a los demás”, dedicándole especialmente unas palabras a su mujer y sus hijos por “darle coraje cada día”.
La lección de McConaughey en este punto, es que no solamente debemos considerar el aspecto motivacional, sino que siempre hay que mantener los pies sobre la tierra y no hay mejor forma que hacerlo que cuando se tienen esos lazos con personas íntimas y también cercanas.
El profesor de Management de Harvard Business School, Bill George, escribía recientemente en su Blog sobre la dependencia que los líderes tienen de su gente más próxima para poder mantenerse centrados en sus responsabilidades.
“Estos líderes buscan a la gente que ejercen una influencia sobre ellos de manera importante y quieren sentirse conectados a esas personas. Y si no lo hacen puede observarse como pierden su rumbo y esa especial gracia (don)”
En cuanto a alguien a quién seguir, McConaughey lo explicó de manera realmente sencilla pero efectiva. Dijo al auditorio que cuando tenía 15 años, había una persona importante en su vida que un día le preguntó quién era su héroe, a lo cual contestó que no lo sabía y que le diera dos semanas porque tenía que pensarlo. Pasado este tiempo, nuevamente la misma persona le preguntó quién era su héroe, respondiéndole McConaughey que había pensado al respecto y que el héroe era él mismo pero dentro de diez años.
Entoneces McConaughey dijo que pasaron los diez años y ya tenía 25, y entonces la misma persona le dijo si por fin ahora él era su héroe. Pero McConaughey afirmó rotundamente que ni de cerca, porque su héroe sería entonces él mismo pero cuando cumpliese 35 años.
Entonces, de manera tremendamente expresiva explicó al auditorio: “ven Uds. que cada día, cada semana, cada año de mi vida mi héroe está siempre 10 años por delante de mí y yo nunca seré mi héroe. Nunca podré lograrlo. Sé que no lo soy y esto está bien porque me mantiene firme en mi camino de seguir siempre a alguien”.
Pero hay otra lección subyacente que podemos extraer del pensamiento de McConaughey, el referido a esa característica de los buenos líderes, que es su irrefrenable sentido de justicia, que les guía en cada momento. De ahí el agradecimiento y el reconocimiento a las personas que quiere y admira. Como hemos dicho en el Blog de “Salvar al soldado Ryan o cómo ser merecedores y dignos del esfuerzo” no cabe duda que McConaughey es digno merecedor del reconocimiento no ya de la Academia de Hollywood por sus méritos interpretativos, sino de la opinión pública que está necesitada más que nunca, de líderes que hagan una clara demostración de humildad, sencillez y de que sean dignos de admiración. Cuestión ésta que como sabemos, está muy lejos de poder ofrecer la clase política, menos aún que la sociedad pueda considerarla digna merecedora del esfuerzo de todos los ciudadanos.
Los buenos y también los grandes líderes, no entienden ni sus éxitos ni su propia vida sin el apoyo irrenunciable de sus incondicionales. El vínculo al que se refería McConaughey lo han demostrado siempre los líderes que han dejado huella.
Precisamente son los políticos actuales, sea a nivel europeo y a nivel local de España, los que debieran escuchar por Youtube a McConaughey, aprender de cómo ha sabido transmitir los sentimientos sinceros que le guían en su vida, que son los que al igual que el auditorio de Hollywood, capta cualquier ciudadanía de cualquier país siempre y cuando no crea que sus políticos mienten, tergiversan la verdad, manipulan los hechos y describen un escenario que poco tiene que ver con la realidad. Cuánto más eufemismos utilizan, más lejos estará la verdad de los hechos.
Los grandes líderes hablan desde el corazón. Transmiten sus sentimientos y preocupación. Probablemente McConaughey jamás sea un líder de la industria del cine, pero en su rol de actor destacado de esta industria, nos ha dejado una enseñanza aplicable a los que sí aspiran a ejercer un liderazgo e influencia en la gente.