Cada día, y de manera progresiva, más noticias preocupantes aparecen en la prensa latinoamericana sobre la situación de la prensa en Ecuador. El presidente Rafael Correa parece seguir el ejemplo de su modelo, Hugo Chávez. La prensa independiente es señalada como el Gran Satán. El informe presentado en la reciente reunión semestral de la SIP no deja lugar a dudas.
El País de Uruguay muestra su preocupación ante las últimas actitudes del presidente Correa, detalladas en el informe presentado por el relator de Ecuador en la reunión de la SIP, trabajo acompañado por un vídeo en el que se le ve a Correa vociferando contra los medios no adictos a su Gobierno. “En un momento dado pareció ser un émulo (salvando las distancias) de Luis XIV, con aquello de "l` état c`est moi" (el estado soy yo), porque en una de sus enfervorizadas diatribas se le escuchó decir “porque el gobierno soy yo y el gobierno es el Estado, es el poder legislativo, el poder ejecutivo, el poder judicial”. Nada menos ni nada más. O sea, que los principios republicanos, la separación de los poderes, son por lo visto descartables para el actual presidente de Ecuador”, denuncia el editorial.
Correa, asegura "El País", estigmatiza corrientemente calificando a los periodistas de “mediocres, manipuladores, corruptos, conspiradores, sicarios de tinta y golpistas”, entre otras lindezas, también menudean las agresiones vía aparato estatal. Entre ellas figuran las interrupciones de transmisiones y programas, las irrupciones policiales, los embargos, la finalización de licencias y las persecuciones judiciales. Eso sí, Correa dice que las demandas las hace como ciudadano.
Quizás por eso de la división de poderes.