El coche presentado por Telefónica fue la atracción del congreso mundial de móviles. Es el Tesla S85, un eléctrico puro con 326 cv de potencia (tiene un hemano de 302 y otro de 416 cv), comandado desde una pantalla táctil a color de 17´´ con sistema operativo basado en Android. El coche conectado con más tecnología del mundo está fabricado en Estados Unidos, ya circulan 25.000 unidades. El fabricante ha elegido a Telefonica para traerlo a Europa, necesita un operador global para dar los servicios de conectividad que acompañan al Tesla como una vigilante niñera durante 24 horas.
The Model S 17-Inch Touchscreen Display from Tesla Motors on Vimeo
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Los tres modelos de Tesla S comparten avances tecnológicos gracias a una conexión remota y permanente que debe dar un operador móvil puntero. Tesla ha elegido a Telefónica por ser, además, un operador global que puede meterle en varios mercados europeos y latinoamericandos. El Tesla está vigilado contra robos, averías o mantenimiento. Con solo decirle la hora en que vamos a utilizarle, a través del móvil, pone en marcha solo la calefacción o el aire acondicionado para adecuar su temperatura al exterior. Desde la gran pantalla táctil a color nos dice cuándo debe ir al taller y para que, también cualquier mínimo detalle de su mantenimiento. ¿Robos? Imposible con una vigilancia cercana a la de un guardaespaldas. Ni que decir tiene que el Tesla informa el más mínimo detalle de nuestra necesidad cotidiana. Es una especie de secretaria con un turbo en cada pie.
Esta joya de la tecnología carece de motor delantero, es porque lleva uno en cada rueda y por eso carece del árbol de tracción, amplificando el espacio interior del coche. Motores en las ruedas y pila en el bajo del vehículo, convierte el habitáculo delantero y trasero en dos gigantescos maleteros.
El panel de 17´´ es la joya de la corona, permite eliminar todos los botones y manivelas del coche, salvo las de apertura en las puertas. Es a color, tiene un sistema operativo basado en Android y Linux para comandar cualquier acción del vehículo y lo conecta con el exterior. Este coche es de los que va leyendo los sensores de su derededor (ya empieza a haberlos en la carretera) para recoger y enviar información, además de tener conectividad inalámbrica. El panel es multimedia y apto para un apuro de trabajo. El 97% de la carrocería es aluminio ligero, tiene parabrisas con bloqueo para rayos ultravioletas e infrarrojos, y sensor de lluvia, entre otras cosas.
Ahora solo se vende en Estados Unidos, cuesta de 80.000 a 100.000 $. Es eléctrico puro y tiene más de 300 kilómetros de autonomía, y esa es su virtud y su desgracia, complicado recorrer el mundo dependiendo de los enchufes para el coche. Todo se andará, Tesla promete cubrir con estaciones propias el 90% de la población de Estados Unidos en 2015. Los caprichosos querrán uno, la crisis los ha hecho más ricos. Y el resto de los mortales deberemos esperar a que tenga hermanos pequeños más sencillos y asequibles, todo llegará. ¿Alguien pensaba hace 15 años que los pescadores del África negra podrían testear el precio del pescado desde su móvil para decidir el rumbo de su desembarco? El grueso de las ventajas del Tesla serán habituales en los vehículos de gama baja antes de lo que pensamos. Mientras tanto, Telefónica hace posible que lo admiremos en una feria y, en breve, que lo veamos andar por la calle.