Nacen nuevos desafíos para las empresas periodísticas: cómo recopilar las informaciones que se obtendrán de la comunicación entre las cosas y de qué manera se gestionarán esos datos para incorporarlos al trabajo diario. El objetivo final está claro: ofrecer a cada persona la información que precisa en el momento adecuado.
Ya no estamos en el plano de la ciencia ficción. En un futuro próximo, todos los dispositivos que tengamos en nuestro hogar serán capaces de comunicarse entre sí y desvelar datos sobre nuestros hábitos, gustos y preferencias. La clave estará en saber de qué manera aprovecharlos.
Google es una de las compañías que ha decidido invertir en el llamado “Internet de las Cosas” y acaba de adquirir por 3.200 millones de dólares Nest, una empresa que fabrica un termostato y una alarma de humos inteligentes. Aunque el desembolso pueda parecer excesivo, lo cierto es que viendo las posibilidades que ofrecen estos dispositivos no lo es en absoluto. Si un termostato es capaz de detectar cuántas personas hay en una habitación o cuánto tiempo pasan en ella, hablamos de obtener una serie de datos de un valor incalculable. Significa que nuestra propia casa le revelará a Google cualquier detalle sobre nuestra vida offline hasta ahora desconocido.
Como adelantó McKinsey Quarterly en 2010, el mundo físico se está convirtiendo en un sistema de información por sí mismo. En la era del “Internet de las Cosas”, las empresas periodísticas no pueden seguir pensando en producir contenidos para diferentes pantallas, sino empezar a moverse más allá de ellas, aprovechando todo el potencial que encierra esta nueva oportunidad de negocio.
Elisabeth Clark ha publicado un artículo en “INMA” en el que señala lo que una simple cafetera interconectada podría contar. Por ejemplo, a qué hora se levanta una persona y se prepara su primera taza de café. Éste sería el momento ideal para bombardear al usuario con las noticias del día. Pero además, se podrían concretar aún más esas informaciones. Si va a beber más de un café, quizás le interese saber cuáles son los peligros de una ingesta excesiva de cafeína.
Las marcas también estarían al acecho para enviarle una oferta que le anime a consumir su producto, el cual combina a la perfección con esa bebida. Para completar esta cadena, el usuario recibiría en su smartphone un cupón de descuento del producto cuando llegue al supermercado. Esto será posible gracias al desarrollo de iBeacon, la tecnología de Apple que pretende revolucionar el mundo del comercio minorista con mensajes personalizados a los clientes.
Pero si las grandes compañías quieren clientes satisfechos, las periodísticas perseguirán esa misma satisfacción en sus audiencias. Por lo tanto, será imprescindible realizar una buena gestión del Big Data obtenido de millones de “conversaciones” entre las cosas y los seres humanos para ofrecer a cada persona exclusivamente la información que necesite. Y para ello, como asegura en su blog el experto Mitch Joel, las marcas tendrán que aprovechar no sólo una plataforma ajena para entregar su mensaje, sino construir las suyas propias. Estamos ante uno de los mayores desafíos de los medios para la próxima década.