En la actualidad, el público prefiere acudir a las ediciones digitales de los medios de comunicación para informarse. Pero cuando se produce un acontecimiento trascendental, los internautas buscan las portadas impresas, capaces de inmortalizar cualquier hecho histórico y quedar fijadas en la memoria colectiva.
A medida que menos gente lee los periódicos, más se comparten sus portadas en las redes sociales, informa “Poynter”. Las primeras planas publicadas en un soporte físico dotan al contenido de un sentido de permanencia fundamental para preservar cualquier acontecimiento histórico, que se contrapone a la difusión efímera de las noticias en las versiones digitales.
Resulta llamativo que las portadas resistan la crisis de los medios tradicionales, que ven como sus ingresos siguen disminuyendo por la caída de las ventas y de la publicidad. En cambio, su cabecera, con un titular y una fotografía impactante, se ha revalorizado como soporte ideal para ser visto, compartido y archivado en formato PDF con la intención de recordar en un futuro lo que ocurrió ese día, como el que desentierra una cápsula del tiempo y se encuentra con una muestra de lo que representó a una generación anterior y que quería perpetuar.
El último ejemplo a través del cual se ha podido comprobar la importancia que tanto los profesionales como los lectores dan a las portadas, ha sido la muerte de Nelson Mandela. Twitter se llenó de los enlaces a la página 1 de los principales periódicos mundiales que reflejaron en su totalidad la noticia en primera plana, además de varios especiales como el que realizó “BuzzFeed” en el que se realizó un repaso del tratamiento que daban diversos medios a la desaparición del líder sudafricano.
Por lo general, las noticias que ocupan la primera página suelen reflejar acontecimientos terribles, como el tiroteo que se produjo en 2012 en una escuela de primaria en Connecticut. Mientras que los medios digitales intentaron dar respuesta al qué, quién, cuándo, dónde y por qué, los periódicos del día siguiente se dedicaron a contextualizar la noticia y resumir con una foto y un titular el sentimiento general del mundo entero ante la barbarie. Por suerte, también suelen ser objeto de atención las portadas del día siguiente a la consecución de un triunfo deportivo histórico. No hay televisión que no se haga eco del interés que ha suscitado ese hito nacional en los diarios, que será recordado por todo un país tal cual aparezca en las portadas de la prensa.
En un momento en el que no sólo se compite por atraer la atención del comprador en el quiosco, sino que es necesario llevar al lector hasta el punto de venta y convencerle de que adquiera el producto en papel, las portadas juegan un papel cada vez más relevante. Si la noche anterior se habla de la primera plana que presentará un determinado medio y se convierte en un contenido viral, más gente querrá tenerla, ya sea en formato físico o en PDF para guardarla, en previsión de que haga historia.