Importantes títulos franceses están atravesando por un momento de gran incertidumbre respecto a su futuro. El multimillonario Vincent Bolloré se plantea la compra de “L’Express” o “Le Point”, mientras que “Le Nouvel Observateur” sigue buscando inversores. La caída de las ventas y la poca rentabilidad de las suscripciones ponen en peligro su supervivencia.
Las últimas semanas están siendo movidas para la industria de la prensa francesa, concretamente entre los semanarios informativos. Aunque sus problemas no son nuevos, lo cierto es que los rumores acerca de la toma de decisiones importantes para su futuro se han intensificado.
Según informa el diario “Le Figaro”, la crisis económica ha dinamitado las ventas y los ingresos publicitarios de tal manera que estas revistas podrían estar realizando diversas operaciones en la sombra para conseguir salvar sus negocios.
Las especulaciones apuntan a que los actuales dueños de “Le Nouvel Observateur”, “L’Express” o “Le Point” estarían dispuestos a ceder estos títulos a otros inversores. Esta situación de incertidumbre viene a confirmar lo que un responsable de un medio predijo al asegurar que “de aquí a tres años, todos los noticiarios habrán cambiado de manos”.
De momento, ya se están produciendo los primeros movimientos. El anciano fundador de “Le Nouvel Observateur”, Claude Perdriel, busca uno o varios inversores que sean capaces de inyectar 5 o 6 millones de euros para sostener el magazine. Entre sus candidatos favoritos a sucederle estarían Xavier Niel, que ya ha invertido en “Le Monde” o Jacques-Antoine Granjon, fundador de “Vente-privee.com”.
En una entrevista reciente, Perdriel reconoció que con quien no había establecido ningún contacto es con Vincent Bolloré. El multimillonario, uno de los hombres más ricos de Francia, estaría interesado en otro magazine, “L’Express”. Pero se rumorea que la oferta que ha realizado al grupo belga Roularta era demasiado baja, unos 15 millones de euros, cuando estaría valorado en cerca de 30. Si fracasa esta negociación, Bolloré podría aprovechar que el heredero de “Le Point” no comparte la misma pasión por la prensa que su padre, François Pinault y negociar con él la compra de este magazine.
Todos estos cambios son consecuencia de la complicada situación por la que atraviesan los medios impresos. Los ingresos por publicidad son bajos, las ventas se han erosionado, aumentan los despidos, la conversión digital se complica ante la indecisión de implantar muros de pago… Como resultado, el volumen de negocio de estas empresas de 2007 a 2012 se redujo un 15%, de acuerdo al Sindicato de Editores de Revistas.
“Le Nouvel Observateur” y “L’Express”, los magazines con mayor difusión en Francia, caen en ventas a menos de 50.000 ejemplares algunas semanas. “Valeurs Actuelles”, cuyo futuro también es incierto tras la muerte este verano de su propietario, Pierre Fabre, sólo vende 14.700. Muchos han decidido priorizar las suscripciones, pero, aunque consiguen estabilizar la difusión, no logran que sea una fórmula rentable, ya que cada vez es más complicado fidelizar lectores.
¿Conseguirán los futuros nuevos propietarios cambiar el rumbo de estos magazines y reflotar sus cuentas? ¿Serán capaces de rentabilizar sus ediciones digitales y aumentar las ventas de la impresión? ¿Pondrán en marcha nuevas tácticas publicitarias? La supervivencia de los semanarios franceses estará en sus manos.