El presidente de los EE.UU. se reunió con un grupo de jóvenes en la Casa Blanca para convencerles de que un seguro de salud era más barato que su tarifa móvil. Además, reconoció que la agencia de seguridad no le permitía tener un iPhone por miedo a ser espiado, por lo que sigue usando su vieja (y segura) Blackberry.
Barack Obama aprovechó la reunión con varios jóvenes esta semana en la que pretendía promocionar su ley de salud, para hablar de espionaje y nuevas tecnologías. El mandatario quería convencer a los allí presentes de las bondades de suscribirse a un seguro médico del que podrán disfrutar tras su reforma de la sanidad, informa “La Tribune”.
Para ganar adeptos, Obama comparó su precio con el de la factura del móvil. Tras observar el comportamiento de sus hijas, calculó que entre los gastos del cable y el móvil, cada joven estaría gastando al menos 100 dólares al mes. “Vosotros sois lo suficientemente inteligentes como para no renunciar a la seguridad de un seguro médico por un coste menor”.
Tras exponer este planteamiento, Obama confesó que los servicios de inteligencia de EE.UU. no le permiten tener un iPhone “por razones de seguridad”. La confesión resulta llamativa por varios motivos, principalmente por el momento elegido por el presidente para realizar esta declaración, en un contexto en el que Apple ha sido señalada como una de las compañías que pudo haber permitido a la NSA acceder a los servidores que contienen datos de los clientes.
Pero además, resulta chocante que el mandatario haya renunciado al uso del iPhone, cuando se le ha podido ver en público utilizando otros productos del gigante de la manzana, tales como un iPad o un MacBook Pro. Si a esto se suma que sus hijas sí utilizan este dispositivo con frecuencia, sería cuestionable el impedimento del uso del iPhone cuando el presidente está rodeado de dispositivos que pondrían en peligro su privacidad. Además, otros miembros del gobierno ya utilizan teléfonos dotados del sistema iOS 6, por ser considerado como completamente seguro. Pero mientras que la seguridad que brinda a otros cargos parece ser suficiente, aún no ha mejorado la que ofrece al presidente su Blackberry.
Tras su llegada al poder, Obama tuvo que luchar arduamente para tener derecho a conservar su teléfono inteligente, una Blackberry de 2007, publica “AFP”. Al final consiguió que le permitieran usar un modelo especial que el Servicio Secreto adaptó para evitar poder ser geolocalizado. La compañía canadiense es conocida por su gran seguridad de encriptación, por lo que sigue siendo muy popular en la Casa Blanca y entre los directivos de importantes empresas. En cambio, a nivel comercial, se ha hundido frente a gigantes como Apple o Samsung.