El Instituto de Periodismo de Bélgica ha tomado la decisión de cerrar sus puertas. ¿El motivo? La formación de una gran cantidad de profesionales se ha vuelto innecesaria porque el mercado no puede absorberlos. Los puestos de trabajo son escasos y el empleo precario. ¿Acabará desapareciendo la carrera de periodismo?
La escuela de periodismo más antigua de Bélgica, el IDJ, ha decidido echar el cierre. El Instituto de Periodismo fue creado en 1922 y se ha dedicado durante todos estos años a la formación académica de profesionales.
La explicación a este inesperado final, en palabras de su ex presidente, Jean-François Dumont, es que de nada sirve formar periodistas si luego no encuentran trabajo o deben aceptarlo por muy malas condiciones que tenga. En Bélgica, 400 nuevos periodistas salen todos los años al mercado laboral para cubrir una oferta de unos 40 puestos de trabajo. “Este sistema es absurdo”, sentencia Dumont.
Este cierre ha abierto de nuevo el debate sobre la excesiva cantidad de escuelas y universidades dedicadas a la enseñanza masiva de una profesión para la que no se requiere más personal. En Bélgica hay unas diez opciones de formación, pero en países como Francia alcanzan el centenar. Por eso, en este país, medios como “Les Inrocks” se están preguntando si esta tendencia cruzará la frontera.
Aunque las cifras sobre la situación del empleo en este sector en Francia varían demasiado según el medio consultado, lo cierto es que el sentimiento general en las empresas es que sobran muchos licenciados para cubrir pocos puestos libres al año. En España los datos también son muy preocupantes. El último informe de la FAPE destacaba que más de 10.000 periodistas han perdido su empleo desde noviembre de 2008, lo que sumado a una media de 3.000 estudiantes anuales que quieren incorporarse a un mercado laboral que no contrata, sino que despide, convierten la situación del periodismo español en insostenible.
Los datos pueden ser mayores, ya que la definición de la profesión de periodista no está muy clara. Lo único evidente es que las oportunidades para ellos son cada vez más escasas en todo el mundo. “Los estudiantes han interiorizado el hecho de que pasarán años antes de tener un trabajo estable”, señaló Edith Remond, profesora del instituto IJBA. Pero considera la enseñanza como muy necesaria porque sigue criterios estrictos de selección que se traducen en que el 80% de los alumnos de estas escuelas encuentran empleo. En cambio, las cifras arrojan que la influencia de las escuelas homologadas es mínima, ya que sólo forman al 15% de los periodistas que entran cada año al mundo del trabajo.
Otras razones para pensar que habrá más cierres de escuelas pasan por su dificultad para conseguir financiación pública y privada que ha dejado a muchas de ellas al borde de la quiebra, la situación precaria de sus empleados y la no adecuación del plan de estudios a la realidad laboral. La formación que se sigue ofertando en los centros educativos está muy alejada de la demanda de las empresas, en las que ya no se requieren tanto profesionales que redacten correctamente, sino que tengan conocimientos sobre nuevas tecnologías e Internet.