En el baile de la consolidación iniciado en el mercado europeo de las telecomunicaciones, Telefónica mantiene su estrategia de fortalecimiento para ser uno de los triunfadores. Realiza desinversiones que no son estratégicas, y se fortalece en mercados de recorrido como el alemán. Su acuerdo para mejorar posiciones en el accionariado de Telecom Italia es un paso más, un bocado que hoy es imposible por el enraizamiento de ambas operadoras en Latinoamérica, pero que no quiere soltar.
La boda entre Telefónica y Telecom Italia es imposible mientras el operador italiano mantenga su posición en el mercado argentino y brasileño, que daría al operador resultante las dos terceras partes del móvil argentino y la mitad del brasileño, posiciones de dominio que chocarían con las autoridades encargadas de la competencia en ambos países. La situación viene de antiguo.
El excesivo apalancamiento de Telecom Italia (no puede endeudarse más ni para realizar las habituales inversiones en redes) hace decir a los analistas que el operador italiano terminará en manos de terceros, dentro de los movimientos de consolidación que empieza a vivir Europa. Telefónica lo sabe, y no quiere perder su excelente posición de compra como accionista de referencia en la italiana, un peligro que acechaba si no mantenía el acuerdo con sus socios de accionariado que culminaba en estos días. Mantener la posición, que ha mejorado, era fundamental mientras desarrolla su estrategia de desapalancamiento y afianza la compra de e-Plus en Alemania.
Esta madrugada, por fin, Telefónica ha renovado votos con sus socios, lo que abre las puertas a su deseo de mantener el pie en Telecom Italia para que no entre en la órbita de un tercero. La operadora española ha emitido un comunicado informando que el holding entre “Telefónica, Mediobanca, Intesa Sanpaolo y Generali, que detenta el 22,4% del accionariado en Telecom Italia renuevan su pacto de accionistas, lo que consolida a la multinacional española su posición como socio industrial de Telecom Italia, con el compromiso de no elevar su participación en la operadora”.
El acuerdo contempla una ampliación de capital en Telco, mediante la puesta en circulación de acciones de la serie C, sin derecho a voto, que suscribirá Telefónica por 324 millones de euros. En paralelo, Telefónica asumirá el 70% de un bono de Telco que pagará con acciones de autocartera por importe de 424 millones de euros. “De esta manera –añade el comunicado- Telefónica eleva al 66% su participación en Telco, aunque mantiene invariable su posición del 46,2% en lo relativo a derechos de voto. En una segunda fase, sujeta a la obtención de las correspondientes autorizaciones regulatorias, Telefónica podrá elevar al 70% su posición en Telco y tendrá una opción para convertir los títulos de clase C en acciones ordinarias como para adquirir a sus socios italianos el resto de las acciones de Telco”. Una forma inteligente de ganar terreno y, sobre todo, tiempo. Las quinielas sobre la consolidación europea son variadas, pero los analistas coinciden en que Telefónica será uno de los caballos ganadores.
Lo mejor de la operación es que no modificará “los compromisos adquiridos por Telefónica con los mercados en cuanto a la reducción de deuda por debajo de los 47.000 millones de euros al término del ejercicio, ya que el diseño de la operación permite que no tenga un impacto negativo en el endeudamiento de la Compañía”. La reducción del apalancamiento es fundamental para el fortalecimiento de la acción de Telefónica, aunque siempre corre el peligro de un nuevo derrumbe de la bolsa española, algo latente mientras no venga la recuperación de verdad.