Siguiendo nuestro estilo de replicas a importantes autores y sus respectivas contribuciones, hoy le toca turno a MARLA TABAKA, asesora de PYMES y de emprendedores a escala mundial, que hace unas interesantes reflexiones sobre un estudio de la mujer. Según el Global Entrepreneurship Monitor 2012 Women's Report (Informe de la mujer del Monitor de emprendedores globales 2012) que ha visto la luz a inicios de agosto, a las mujeres no sólo les falta confianza, sino que por lo general, son más temerosas ante el fracaso que sus homólogos masculinos.
Parece que las mujeres se muestran más reacias que los hombres a ampliar sus negocios o para introducirse en nuevos mercados que aún no están suficientemente probados (conocidos).
El informe GEM se ha basado en un estudio de campo que abarcó 198.000 personas en 69 países. Lo significativo, es que en todos ellos excepto en siete de los estudiados, las mujeres representan una minoría del total de emprendedores en cada país. Y esto es un dato, no una opinión. Lo cual nos sigue pareciendo sorprendente en cuanto a la falta de capacidad de cada país en facilitar el acceso de la mujer a los negocios. La excepción son: Panamá, Tailandia, Ghana, Ecuador, Nigeria, México y Uganda.
A los que venimos siguiendo en los últimos años el fenómeno de la transformación del liderazgo actual, del cual tiene “cuota importante de responsabilidad” la mujer, no deja de sorprendernos que mayoritariamente en el mundo, los negocios, por unos u otros motivos están en manos de hombres. Y este para mí es el dato relevante.
Es un cambio postergado de cultura empresarial, que viene condicionado por un necesario cambio en la cultura social. No cabe duda que las comunicaciones actuales y la revolución de las redes sociales, harán que el tránsito de lo que aún resta por equiparar en el impulso creador de negocios, se vaya equilibrando a mayor velocidad
La pregunta es por qué los resultados del estudio son lo que son. Se analizan una serie de cuestiones, incluyendo la dificultad en la obtención de recursos (capital riesgo, financiamiento), conseguir contratos importantes, vinculaciones al gobierno o a las grandes corporaciones, expectativas de beneficio así como los diferentes roles sociales en función de género. O sea que son varios factores los que llevan a la conclusión, una vez considerados todos, de cuál es el comportamiento medio de la mujer respecto a la creación de negocios.
Pero lo realmente destacable y de interés para el análisis académico y político, es que en cada región estudiada, las mujeres tienen mucho más temor al fracaso que los hombres.
Marla Tabaka se pregunta: “¿Sorprendido? No es para sorprenderse. Porque en mi experiencia de más de 10 años en el coaching, he sito testigo de muchas razones que pueden darse para que se conviertan determinados factores en limitaciones al desarrollo de la carrera de la mujer, pero es algo que se imponen ellas mismas”. Le faltó decir a Marla Tabaka que el sistema social y económico en el que vivimos hace que la mujer durante años –y el estudio aún da resultados preocupantes que creíamos ya superados- se ha impuesto una especie de autocensura.
Recordábamos hace semanas atrás en otra réplica por el tema de liderazgo, que una importante ejecutiva norteamericana cuando decide retornar a su actividad profesional después de tener dos hijos, se da por muy agradecida que le ofrecieran un puesto de trabajo, pero poco exigente en el nivel salarial que le correspondía, justamente por eso de la autocensura, que en este caso pesaba más el agradecimiento por un nuevo trabajo que el salario.
Algunos factores destacables del estudio, que Marla Tabaka señala son los siguientes:
1º Las mujeres cuando se enfrentan a cualquier desafío están más solas. Dice que tienen una cierta tendencia en oposición a los hombres, a trabajar sin empleados. Agregando que, desde su punto de vista, hay dos razones por las que las mujeres son reacias a la idea de compartir tareas con los miembros del equipo: la falta de financiación y las expectativas que se han autoimpuesto de que ellas deberían ser capaces de hacerlo todo.
Es evidente que Marla Tabaka se está refiriendo a cualquiera de los casos que puedan encontrares en alguno de los países estudiados, aunque le faltó especificar, que en el mundo de los países más avanzados, justamente esta cuestión ya ha sido en gran parte corregida. Tabaka generaliza sobre una base de países en los que desde el punto de vista del cambio social e incorporación de la mujer a la vida laboral, aún hay un trecho por recorrer.
2º A continuación sí acierta cuando dice que “la cuestión es que un número importante de opciones de financiamiento con el objetivo de favorecer a la mujer emprendedora ha surgido a lo largo y ancho del mundo”. Basta ver en los terceros países, especialmente los que están en vías de desarrollo e incluso grandes economías emergentes, cómo han estructurado el sistema de financiamiento de microcréditos, de la cual la principal beneficiaria es la mujer.
3º Marla Tabaka afirma que “en el caso de los Estados Unidos, esto incluye una variedad de “angel funds” focalizados en negocios liderados y creados por mujeres y nuevas plataformas crowdfunding que abrirán una gran oportunidad tanto para hombres como mujeres emprendedores”. Debemos aclarar que esto mismo se está dando en Europa, que ya cuenta con directivas de la UEtan preocupadas por el cupo de las mujeres en puestos de alta dirección (consejos de administración) como en promover y facilitar todo tipo de ayudas y soporte a las iniciativas de la mujer emprendedora.
4º Hay un punto en el cual Marla Tabaka está lejos de mi pensamiento o al menos no ha sido demasiado explícita. Afirma que “dado que la tendencia natural de la mujer no es construir modelos de negocio relevantes y con gran potencial expansivo, esto lo hace menos atractivo para los inversores”. Creo que el fondo de la cuestión en la mayoría de países que abarca el estudio, es correcta su afirmación, aunque esa autolimitación que dice la mujer se impone para no construir modelos de negocio que tengan un crecimiento y desarrollo muy importante, es porque en esas sociedades, la mujer es generalmente sostén familiar y da los pasos con prudencia.
Evidentemente, señáleme Ud. alguna mujer que esté en un consejo y/o liderando un proyecto de corporación industrial europea o americana, que no quiera que su modelo sea expansivo. Esto es falso. Es más, grandes corporaciones multinacionales lideradas por mujeres han mejorado sustancialmente tanto su posición de mercado como financiera.
5º Evidentemente sí coincido con su focalización, cuando Marla Tabaka para estos terceros países, se pregunta cómo puede cambiarse esta tendencia, afirmando que “si se quiere ser el foco de atención de los inversores para su modelo de negocio, de un gran paso atrás y reestructúrelo. Lo primero, es que Ud. como mujer líder y emprendedora debe de estar en la cúspide de la pirámide más que en el medio, pretendiendo abarcarlo todo”.
6º Coincidencia absoluta al referirse a que las mujeres generalmente crean un negocio, en la necesidad de obtener ingresos adicionales una vez que también ya han creado una familia, prefiriendo dejar de ser empleadas e iniciar un negocio que les permita también estar más cerca de sus hijos.
Aunque está bien su advertencia, de que este tipo de negocios fracasan con demasiada frecuencia al no estar debidamente planificados y apalancados en cuando a capital necesario y/o financiamiento disponible para llevarlo a cabo. Por tanto, antes de tomar la decisión, Marla Tabaka dice que hay que considerar tanto los riesgos financieros como el estrés emocional que afectará tanto en los negocios como en su vida familiar
7º Es destacable un aspecto del estudio: que en ninguna de las economías analizadas, las mujeres tenían un mayor conocimiento de la red de emprendedores existente que los hombres. Éstos sí contaban con una fuerte network, lo cual les facilita un gran intercambio de información, esencial para competir en los mercados y tener éxito en los negocios.
Esperemos que este estudio, como tantos otros a escala mundial, sirvan para que los gobiernos definan políticas para equiparar el impulso creador de mujeres y hombres. El beneficio será para todos.