La práctica de "showrooming", que supone ver un artículo en una tienda y poder compararlo en línea con los de la competencia para comprarlo online, está amenazando a los pequeños minoristas. Según informa "Business Insider", Mobile lanza esta competencia a otro nivel, ya que aporta a los consumidores comparaciones de precios inmediatas.
Un informe de “BI intelligence” ha analizado la influencia de esta práctica en el sector móvil, examinando los diferentes tipos de comportamiento de los usuarios y las prácticas de los grandes minoristas para combatir el showrooming, identificando las cinco estrategias principales.
Deloitte Digital sostiene que las ventas a través de smartphones han supuesto 159.000 millones de dólares en Estados Unidos el año pasado, lo que supone un 5% del total. Prevé que esta cifra ascienda a 689.000 millones en 2016. Según sus datos, en épocas vacacionales de 2012 el uso de teléfonos inteligentes influyó entre 700 y 1.700 millones a las ventas de minoristas.
Algunos minoristas específicos han sufrido más esta práctica, como es el caso de JC Pennet, que anunció una desastrosa caída del 32% en las ventas del último trimestre de 2012. Otras cadenas como PetSmart y Kohl tuvieron peores resultados.
Los minoristas están respondiendo ante esta situación de manera dramática, y muchos se están quedando fuera del mapa. La cadena de electrónica estadounidense Best Buy anunció que a partir del 3 de marzo de este año sus precios se igualarían con los de sus principales competidores en línea, incluyendo Apple, Amazon y Buy.com. Esta política de precios de coincidencia ha sido imitada por Target.
Otra de las estrategias de lucha contra la práctica de showrooming es el llamado “apagón informativo”; algunas cadenas están bloqueando las señalas de celulares en la tienda, para que los compradores no puedan verificar ni comparar precios con los de la competencia. Es un método contraproducente ya que es molesto para los clientes.
Todas estas medidas desesperadas persiguen el mismo fin, mantener la fidelidad de los clientes para que no disminuyan las ventas. Es una guerra abierta donde cada minorista debe encontrar la forma más efectiva de mantenerse a flote.