La NASA ha probado con éxito un motor de cohete de inyección de combustible creado a partir de una impresora 3D. Este proceso se conoce como fabricación aditiva. El departamento afirma que del modo tradicional habría tardado un año en su construcción pero con la impresión 3D el tiempo necesario se ha reducido un 70%, teniendo listo el aparato en tan solo 4 meses.
Se ha empleado la tecnología laser selectiva de fusión, un tipo de fabricación de aditivos donde los rayos láser de alta potencia se emplean para fundir y fusionar polvos metálicos en objetos 3D. No es la primera vez que la NASA emplea este sistema, pero es un avance importante.
Jeff Haynes, director del programa de fabricación aditiva en Aerojet Rocketdyne, sostuvo que el inyector es el corazón del motor de un cohete, y representa una gran parte de los costes de estos sistemas. Por la importancia de la pieza, el proyecto fue probado previamente en una reproducción de un cohete en miniatura. Esta intervención tuvo un éxito rotundo por lo que la tecnología podrá ser empleada en un futuro para crear piezas a gran escala.
Michael Gazarik, administrador asociado de la NASA, reconoce que este tipo de impresión puede cambiar el juego productivo reduciendo significativamente el tiempo y los costes. “La fabricación 3D ofrece oportunidades para optimizar la forma y los sistemas de entrega de los materiales, beneficiando a las empresas”, sostuvo.