Helia Lajeunesse fue niña esclava y lucha actualmente por los derechos de los niños para erradicar definitivamente la esclavitud infantil.
Tan solo tenía cinco años cuando perdió a su madre y su abuela que era el familiar más cercano, no se ocupaba de ella. Fue entonces cuando un vecino se la llevó a vivir con él hasta que cumplió los 12 años. Ahí comenzó su particular infierno, porque la mujer de este vecino le obligaba a hacer la limpieza y todos los quehaceres de la casa. Pero peor aún, abusaron de ella psicológica y físicamente, además de que no se le permitió ir al colegio.
Por fin pudo escaparse y tuvo la suerte de poder casarse y tener hijos. Pero un país con la inestabilidad política e inseguridad de Haití, sucedió que una noche unos hombres irrumpieron en su casa, raptándola y haciendo desaparecer a su marido, que jamás le ha vuelto a ver.
Después de este episodio, al no poder mantener ni alimentar a sus hijos, los entregó al viejo sistema restavèk. Finalmente con la ayuda de Limye Lavi (un grupo que trabaja para liberar a los esclavos) pudo recuperarlos y traerlos nuevamente a vivir con ella.
Ella sabe que queda un largo camino para que en Haití pueda volver a reestablecerse cierta normalidad, misión difícil en un país azotado por la catástrofe y la pobreza.
Fue cuando acudió a una reunión sobre los derechos de los niños de la Comisión de la Mujer-víctima a víctima (KOFAVIF) que le cambió el enfoque de su vida y le abrió la puerta a volver a tener una vida normal. “Esa reunión me devolvió la consciencia y fui a buscar a mis hijos y los traje de regreso. Y me dije a mí misma, no importa lo que suceda, me voy a quedar con ellos para siempre”.
Vive en la actualidad con cuatro de sus cinco hijos, ya que el quinto lo perdió en el terremoto. Ejerce de madre y padre. El sistema restavèk se viene utilizando hace mucho tiempo, y como dice Helia, “ha sido socialmente aceptado y el nombre con el cual se lo denomina suena como neutro, en vez de llamarlo como se debería, que es esclavitud infantil”.
Helia junto a otros supervivientes del sistema restavèk, están luchando para que éste desaparezca definitivamente en su país.
¿Qué es lo que hace KOFAVIV?
KOFAVIV es una pequeña pero creciente red de protección infantil.
Obviamente, la denuncia tenía que llegar a lugares en dónde se pudiera hacer algo, por eso Helia ha viajado a Washington para explicar lo que sucede en su país. Su preocupación principal es educar a los niños para que conozcan cuáles son sus derechos como personas y ha organizado manifestaciones multitudinarias para oponerse definitivamente a ese sistema.
Helia es también miembro de un movimiento global cuyo objetivo es erradicar de manera definitiva la comercialización de las personas, para terminar con la degradación de la vida humana y recuperar su dignidad y derechos.
Ayudar a las niñas a volver con sus familiares en las zonas rurales, tomando testimonio de las supervivientes de los secuestros y dándoles asistencia médica. Les informa sobre derechos humanos, derechos de los niños, cómo protegerse de la violencia y cuidados psicológicos.
Las niñas que están desprotegidas están expuestas a un riesgo mayor aún, como es la esclavitud sexual, que se ha convertido en algo habitual de parte de quiénes los alojan en sus casas.
El terrible alcance de la esclavitud a escala mundial
La otra cara de la esclavitud infantil de Haití, la refleja en toda su amplitud el movimiento mundial Free the Slaves (Liberar a los esclavos), que advierte que todavía hay 27 millones de esclavos en el mundo, que son forzados a trabajar sin ninguna remuneración, bajo diferentes formas de violencia y estando incapacitados para escapar de tal yugo. Y en otras latitudes en dónde no habido terremotos, aunque sí un exceso de pobreza.
La filosofía de Helia Lajeunesse, es que se puede poner fin a la esclavitud en una generación.
Los líderes mundiales deberían facilitar la implementación de políticas para afrontar el problema:
- Desde las empresas que deben revisar y “limpiar” sus cadenas de suministro en los países en desarrollo y subdesarrollados que se realice en base a trabajos que revistan cualquier forma de esclavitud. Ha habido en años recientes, empresas cuyas marcas gozan de un gran prestigio entre los consumidores del mundo desarrollado, que se vieron obligados a implementar costosísimas campañas de comunicación corporativa negando cualquier actuación que directa o indirectamente les pudiera vincular a la esclavitud infantil.
- Los consumidores que deben exigir productos libres de esclavitud. La presión de los consumidores es fundamental para que las empresas se preocupen porque sus filiales –especialmente fábricas- en otros continentes, no se vean implicadas en escándalos de alguna forma de esclavitud.
- Los gobiernos y las instituciones internacionales deben endurecer la aplicación de las leyes e ir al fondo de la lucha contra cualquier trabajo bajo forma de esclavitud en todo el mundo.
- Los activistas y los defensores de los derechos humanos, especialmente de los menores, deben educar a las personas vulnerables sobre sus derechos y abrir la puerta a los que aún permanecen en regímenes de esclavitud a adoptar una postura por la libertad. Enseñarles a que no solamente son libres, sino que es el derecho más sagrado del que gozan los hombres.
La buena gobernanza económica
Cada vez que se reúnen fondos para la asistencia por desastres naturales, como el terremoto de Haití, deben asegurarse los países donantes que los fines para los cuales se han realizado las donaciones, son cumplidos adecuadamente.
Sobre este particular, también los Organismos Multilaterales de ayuda financiera y económica, como el Banco Mundial, FMI, BID, etc., deben endurecer la implementación de sus programas de apoyo al desarrollo, para que al mismo tiempo que se trabaja en la erradicación de la pobreza, se elimine cualquier vestigio de trabajo bajo alguna forma de esclavitud.
Mi homenaje y gratitud a Helia Lajeunesse!!