Según “Technology Review” el futuro de la computación será una red difusa e invisible incrustada en nuestro entorno. Chips y sensores que encontraremos en nuestra ropa y accesorios personales serán capaces de capturar mucha información. La mayoría de la población aún no es consciente del impacto que esta revolución podría suponer, pero se trata de un futuro no muy lejano.

La próxima ola de dispositivos informáticos será diferente ya que no necesitará nuestras instrucciones. Estas tecnologías que combinarán hardware y software se convertirán en el foco de una gran industria que cambiará radicalmente. También cambiará nuestra manera de interactuar con las computadoras.

Estas nuevas formas de computación personal minimizarán radicalmente la interfaz del usuario y la integrarán en nuestros comportamientos naturales, que serán activados de maneras más “suaves” como tocando objetos o mediante controles de voz. Los dispositivos podrán incluso reconocer objetos por sí mismos y reaccionar en consecuencia.

Para los diseñadores el reto es encontrar formas de llevar a cabo tareas básicas, como la lectura de mensajes, los pagos, las alertas y las búsquedas de lugares sin teclado. Para ello se están simplificando las tareas para crear nuevos estilos de interacción.

El resultado serán un mundo en el que optemos a un acceso más generalizado que el de los ordenadores.