La Asociación Ecuatorianade Editores de Periódicos (AEDEP) alertó que la nueva ley de Comunicación aprobada porla Asamblea Nacionalde Ecuador, tiene el propósito de ser una herramienta de "propaganda" del Gobierno de Rafael Correa y cuyo objetivo será "despojar" a los ciudadanos de la libertad de expresión y del derecho de acceso a la información.
La guerra entre el Ejecutivo y los medios independientes fue declarada con la aprobación de la nueva ley de Comunicación que, entre otros avances, según la visión de Rafael Correa, permite linchar, de manera mediática, claro, a los medios que publiquen falsedades o artículos con otro objetivo que no sea la información.
Así las cosas,la Asociación Ecuatorianade Editores de Periódicos (AEDEP), afirmó en un comunicado que "No es verdad quela Leyva a devolver la palabra al ciudadano, sino que pretende que la voz del oficialismo devenga en la única intérprete de la información."
La Asociación alertó del peligro que entraña la creación del delito de linchamiento mediático ya que "va a instaurar la censura previa, va a acabar con el periodismo de investigación que se hace en los medios privados y con el seguimiento periodístico de los temas noticiosos de interés nacional".
"Esta ley impone condiciones a la opinión y, por ese camino, va a suprimir el pensamiento crítico", aseguraron, al tiempo que advirtieron quela Ley"es un instrumento de impunidad para los mandatarios" que se escapen de rendir cuentas ante la opinión pública.
Los editores pidieron a los ciudadanos que sean conscientes de que los "nuevos organismos disciplinarios" contenidos enla Ley, como el Consejo de Regulación yla Superintendenciade Información, no sólo "van a someter a los medios de comunicación y a los periodistas independientes a un control gubernamental asfixiante", sino que va a restringir también los derechos democráticos de los ecuatorianos.
Lo cierto es que la polémica se extendió a Colombia donde varios de medios de comunicación criticaron la ley ecuatoriana, así como Human Rights Watch. A pesar de este recibimiento negativo, Rafael Correa tiene la sospecha que otros países de América Latina seguirán el camino del suyo, esto es, establecer una nueva ley de comunicación para regular los supuestos abusos de la prensa.