Muchos editores y responsables de medios de comunicación en todo el mundo siguen pensando –equivocadamente- que los e-books o libros electrónicos son un canal más, un formato novedoso que tal vez tengan que probar. Pero desde el clamoroso éxito del pequeño multimedia “Snow Fall” editado por el “New York Times”, está bastante claro que es una vanguardia de impredecibles derivas. Y una posible tabla de salvación para las atribuladas cuentas de resultados de los medios de comunicación tradicionales.
En primer lugar, debemos de precisar que los libros electrónicos no son un futurible, sino una realidad muy sólida en el gran mercado de EEUU y otros países digitalmente avanzados. Según el informe anual de BookStats, el año pasado las ventas de libros electrónicos en Norteamérica superaron el 20% de la recaudación total del sector editorial, concretamente unos 3.000 millones de dólares, lo que supone un incremento nada menos que del 44% respecto a 2011.
El año pasado se registró un punto de inflexión: el “New York Times” editó un pequeño relato multimedia, “Snow Fall”, con una brillante ejecución que fue posible gracias a un patrocinio. El resultado fue apabullante: 2,9 millones de visitas y 3,5 millones de páginas vistas ¡en los primeros seis días! desde su lanzamiento en diciembre de 2012. No han revelado datos posteriores. Pero todos los medios importantes de EEUU claman ahora por ver caer la nieve en sus balances. Los expertos la señalan este producto como una de las primeras experiencias narrativas post-tableta. El “NYT” ha anunciado que invertirá 25 millones de dólares en 100 proyectos como el mencionado. A 250.000 dólares por librito, que ya es como para hacer algo bueno. Y se asocia con la plataforma de edición electrónica Byliner para desarrollar historias de periodismo narrativo.
“The Atlantis”, “Boston Globe”, “Start Tribune”, “Minneapolis Star”, entre otros, se han lanzado por el camino de la nieve. Los expertos coinciden en señalar que los editores deben de abandonar el camino habitual de tratar de adaptar sus contenidos tradicionales al mundo digital, para abrazar de una vez la cultura naciente, experimentando con las enormes posibilidades transmedia , ponerlas en el mercado con su marca y solo posteriormente pensar cómo la declinan en otros soportes. Señalan algunos que tal vez Hollywood esté mejor preparado para entender y gestionar la cultura digital que los editores tradicionales. Se trata de crear una experiencia y luego conjugarla en diversos modelos de negocio.
Algunas tendencias
-El periodismo narrativo parece adaptarse muy bien al libro electrónico, con una extensión entre 10.000 y 35.000 palabras.
- Los precios son muy diversos, pero tienden a ser menos de la mitad de los libros en papel de parecidas características.
-Los e-books educativos aparecen como un subsector muy prometedor. También los de recetas de cocina, los libros prácticos para segmentos especializados y los contenidos de ficción de ciertas características.
-Los libros electrónicos infantiles y juveniles fueron los que experimentaron el mayor incremento el año pasado en EEUU: el 117% más.
-Las grandes empresas de Internet han empezado a interesarse por el sector emergente. Microsoft intenta comprar la división de libros electrónicos de Barnes & Noble, Nook Media, y se rumorea que ha ofrecido nada menos que 1.000 millones de dólares.
-¿Las tiendas de libros tienen su futuro en cuestión? Un estudio de la Asociación de librerías americanas señala que, a pesar del auge del libro electrónico, el año pasado las ventas de las pequeñas librerías independientes crecieron el 8%. Claro que algunas de ellas ahora, además de libros, venden de todo: postales, chocolates, bebidas, delicatesen, espectáculos, tertulias, etc. Y además emplean las redes sociales y las ventajas de Internet para llegar a sus clientes con un muy bajo presupuesto.