La impresión 3D ha revolucionado la fabricación de objetos. Los productos pueden ser impresos en 3 dimensiones en cualquier lugar que cuente con una impresora de estas características. Las posibilidades que se abren tras este invento son amplísimas y ya han llegado hasta la medicina.
Las impresoras 3D iniciarán una gran revolución industrial, según algunos expertos. Aunque esta tecnología de impresión ya se lleva utilizando 30 años a nivel industrial para construir prototipos y maquetas, la novedad es que en un futuro cercano casi cualquier objeto podrá ser diseñado e imprimido en 3 dimensiones desde casa, con la bajada de precios y popularización de estas impresoras.
La impresión 3D se inicia mediante el diseño de objetos en un ordenador, lo que fomenta la creatividad, que luego se imprimen para crear objetos tridimensionales mediante la adición de capas superpuestas.
Su funcionamiento varía según los modelos, informa “The Guardian”. Uno de los más utilizados es el da la estereolitografía, basado en un fotopolímero sensible a la luz, pero es un método caro. Por tanto, la alternativa es la tecnología FDM de prototipado rápido, menos precisa pero más barata. Ésta consiste en un hilo de material que sale fundido de una boquilla, debido a la temperatura que alcanza este componente. Al ser expedido, el plástico se solidifica al instante.
Esta tecnología se ha usado ya para construir todo tipo de objetos, desde joyas, hasta armas u órganos. Las posibilidades son múltiples, pero las más interesantes son las relacionadas con la medicina. Pronto podremos obtener nuestros fármacos prescritos por el médico imprimiéndolos en casa. Pero lo que ya es un hecho es que se han logrado crear cultivos celulares de hígado tridimensionales, el hígado humano más pequeño del mundo. Si esta impresión sigue mejorando su tecnología, se podrían fabricar órganos y trasplantarlos a pacientes sin necesidad de donante.
La impresión 3D se encuentra en un punto de inflexión y está a punto de expandirse hacia un uso mucho más amplio que se irá viendo día a día. En tres años, aseguran que una impresora de alta calidad podrá costar menos de 2.000 dólares (1.320 euros).
En estos momentos, lo que ya se está planteando es dónde establecer el límite para fabricar objetos por cualquier usuario. Esta cuestión cobra fuerza ahora que se están empezando a crear armas caseras. Pero los expertos creen que estas impresoras en un principio estarán presentes en tiendas especializadas, como las tiendas de fotocopias, en lugar de en todos los hogares.
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