Un dato apabullante: el año pasado, los ingresos publicitarios de Google fueron más del doble de lo que ingresaron todos los miembros juntos de la Asociación de Periódicos Americanos. En el año 2000, los periódicos de EEUU facturaron más de 65.000 millones de dólares en publicidad.
El año pasado, no llegaron a los 19.000 millones. Todo para Google, que solo agrega contenidos, cada vez menos para los que crean y financian dichos contenidos informativos. ¿Es esto sostenible?
Los periódicos de EEUU han sido durante muchas décadas un magnífico negocio, acumularon un extraordinario poder y riqueza, pero sus gestores cometieron un error garrafal que quedaré en los anales de la gestión empresarial que NO hay que hacer: creyeron que Internet era un nuevo canal que expandiría enormemente su difusión y pusieron todos sus productos gratis total en la red. Internet no era un nuevo medio: era el nuevo ecosistema. Ahora que se ven en la ruina, se apuntan a los muros de pago con precios de derribo, que difícilmente financiarán las nutridas redacciones tradicionales de la era industrial.
¿Qué hubiera pasado si los periódicos hubieran invertido sus recursos en crear “start up” de Internet?. En vez de reinventarse, el continuismo resultó una vez más suicida.