Cuando vemos la lentitud en la incorporación de las mujeres a los consejos de administración y en general, a puestos de alta dirección en la UE, como dice la Vicepresidenta de la Comisión Europea Viviane Reding: “los resultados a pesar de los esfuerzos de Bruselas son decepcionantes”
En una conferencia que se celebró en julio de 2010 en la Cámara de Comercio de Muskogee Area, en Oklahoma, Estados Unidos, sobre el Liderazgo de la Mujer, es de esos puntos de encuentro que a uno le hacen reflexionar. El tema de ese año fue “Mariposas y mujeres ascendiendo a nuevas alturas”.
Sue Harris, que era por entonces presidenta y directora general de la Cámara –ha dejado su cargo recientemente- explicaba al inicio de la jornada, la gran transformación que está dándose en el liderazgo de la mujer, que poco a poco va escalando posiciones en las organizaciones y en la sociedad.
De ahí la asimilación de mariposas y mujeres, ya que la transformación en mariposas y la del liderazgo de la mujer, se hace desde dentro: la mutación biológica de la naturaleza y la transformación desde el interior en dónde se canalizan sentimientos, empatía, actitudes, autocontrol y respeto. La mujer intercambia experiencias y escucha al otro, pero además ofrece apoyo y ayuda en el liderazgo.
Es que hombres y mujeres tienen diferentes perspectivas para liderar. Pero hay algo que es claro: el nuevo estilo de liderazgo que imprime la mujer en la actualidad, nace de su vocación de servicio al estar más comprometida con la organización y la sociedad.
Las mujeres líderes puntúan más alto en las habilidades sociales y emocionales en todas las naciones del mundo.
Pero lo lamentable es, como afirma la vicepresidenta de la Comisión, que a pesar de haber hecho un gran esfuerzo en hablar con gobiernos y las más importantes organizaciones, la cuota de participación se incrementa muy lentamente. Por eso Reding llega a afirma que “a este paso necesitaremos cuarenta años para lograr consejos equilibrados”. Cosa que no se entiende, ya que la misma vicepresidenta sostiene que “las empresas con mayor presencia femenina al mando tienen mejores resultados; las mujeres significan negocio”— y no tanto una reivindicación de derechos.
Y esto es algo que no admite discusión. Su empatía y capacidad de sacrificio. Su responsabilidad y alta preparación técnica, hacen de la mujer la auténtica transformación en el paisaje empresarial y la sociedad en su conjunto, ya que como las mariposas han provocado el cambio desde dentro.
Es hora de que los líderes de las más importantes organizaciones del mundo den el ejemplo y promuevan la mayor participación de mujeres, para que un mejor equilibrio de género sea el que reine en los consejos. Y como ha dicho una autoridad en Bruselas, si no se hace, habrá que forzar dicho cupo, como es el caso de Francia.
Mi posición personal es que sencillamente con dejar actuar a las mujeres en puestos de alta dirección y consejos, por méritos propios, es suficiente. Hay sobrados ejemplos de mujeres en puestos de alta responsabilidad con increíbles resultados, como para que aún se siga resistiendo el “establishment masculino” a compartir decisiones.
Créanme…de haber tenido mujeres en la presidencia de los gobiernos de Grecia, Italia, España, Portugal, Francia en plena crisis actual, seguramente nos hubiera ido mejor, ya que hubieran gestionado la situación con una mayor preocupación y sensibilidad sobre el padecimiento que están sufriendo las clases más desfavorecidas en los países con crisis de deuda soberana.