El único canal de televisión crítico del Gobierno será vendido a un empresario cercano al oficialismo, reveló el presidente de la cadena Guillermo Zuloaga
La prensa independiente de América Latina está movilizada. Globovisión, el único canal de televisión crítico del gobierno venezolano estaría a punto de cambiar de manos. La noticia la dio el propio presidente de la cadena, Guillermo Zuloaga, desde Estados Unidos, país al que llegó como exiliado en 2010. En una carta dirigida a sus empleados, Zuloaga reveló que el directorio del canal había aceptado una oferta de compra del empresario venezolano Juan Domingo Cordero, quien estaría fuertemente ligado al Ejecutivo chavista.
“Me sentí obligado a aceptar la oferta porque prolongaría la vida de Globovisión y nos permitiría mantener a los aproximadamente 500 empleados, quienes son mi principal preocupación”, escribió el empresario en la carta, quien dijo sentirse “acosado por el Estado”.
Zuloaga puso como condición que la venta fuera formalizada una vez transcurridas las elecciones presidenciales programadas para el 14 de abril, de las que saldrá el sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez. Esta decisión favorece las aspiraciones del líder opositor Henrique Capriles ya que Globovisión es la única cadena que da cobertura a la campaña del candidato que le disputa el poder al oficialista Nicolás Maduro. “En 2012 hicimos todo lo posible para lograr que la oposición ganara las elecciones de octubre. En Globovisión lo hicimos extraordinariamente bien y casi lo logramos, pero la oposición perdió. Eso nos puso en una situación muy precaria como canal y empresa”, reconoció el empresario ante su personal.
¿A qué condiciones se refiere el empresario? Los analistas destacaron que una de las razones clave para tomar la decisión de vender la empresa es la certeza prácticamente absoluta de que mientras se mantengan los actuales propietarios, el Gobierno no prorrogará la concesión radioeléctrica del canal, en 2015.
De hecho, en febrero pasado el Gobierno omitió a Globovisión de la lista de los primeros once canales autorizados para efectuar la transición de transmisión análoga a digital en Venezuela, y esta omisión hubiese podido ser un golpe mortal para el canal, según versiones periodísticas recogidas por la prensa latinoamericana.
Esta suma de circunstancias conduce a una conclusión cargada de toda lógica: quien compra un canal de televisión cuya frecuencia vence en dos años, lo hace porque tiene algún tipo de garantía gubernamental de que la concesión será renovada. Adquirir un canal representa una inversión multimillonaria y nadie, al menos en su sano juicio, se embarcaría en semejante negocio si el canal va a dejar de retrasmitir en dos años.
“Es un canal que fue acosado de distintas maneras. Le abrieron cerca de 50 procedimientos administrativos y legales. Estos procedimientos básicamente tienen el trasfondo de que Globovisión tienen una línea crítica e independiente del Gobierno”, dijo a La Nación el especialista en medios Carlos Correa, de la fundación Espacio Público.
En efecto, el órgano regulador de las telecomunicaciones venezolano, Conatel, le aplicó el año pasado una multa al canal de 2,2 millones de dólares por presuntamente promover un clima de odio e intolerancia en su cobertura informativa de unos violentos disturbios carcelarios ocurridos en 2011. Ese mismo año el canal recibió una nueva sanción por un motivo similar: la transmisión de otro motín, ahora en la cárcel de Uribana, donde murieron más de 50 personas.
Tampoco escapa al análisis los graves problemas financieros que estrangulan los números de Globovisión debido a la reticencia de los anunciantes a promocionarse en un medio visto como un enemigo del Gobierno.
Problema que seguramente no tendrá Cordero. Sus antecedentes, además de colocarlo cerca del chavismo, incluyen la presidencia de la compañía de seguros venezolanaLa Vitaliciay su paso por la presidencia de la Bolsa de Valores de Caracas entre 1989 y 1993. Un año más tarde, en 1994, fue parte de la quiebra del Banco de Barinas, hecho que lo obligó a irse del país. Regresó en 1999, año en que Chávez llegó al poder, y que fuera absuelto en una causa en su contra.
Cordero es tío de la esposa de Zuloaga. Globovisión cambia de manos pero no de familia. ¿Y si gana Capriles? En ese caso, lo que cambiará es la temperatura de la pantalla. Arderá.