El líder bolivariano mantuvo una relación difícil no sólo con la prensa mayoritaria de su país sino también con los principales periódicos de Iberoamérica, a pesar de su fuerte apoyo popular. Las razones de unos y otros.
Hugo Chávez fue un tipo valiente. A su valentía le sumó un fino olfato político y una especial sensibilidad para conectar con la población más desprotegida de su país. Cuando reconoció el fracaso del golpe de estado por él liderado, allá por 1992, lo hizo con entereza, tanto que su derrota terminó siendo su victoria. Hasta el final de sus días.
Hoy, mientras una mitad de la sociedad venezolana llora a su líder y la otra mitad asegura que no le echará de menos, más de una voz del periodismo se pregunta hasta qué punto se conoció al Chávez real. La desinformación rodeó al Comandante muerto: sus opositores buscaron acentuar sus desaciertos hasta lo intolerable; sus seguidores, en cambio, bordearon hasta la fantasía a la hora de agrandar sus aciertos. Así las cosas, un buen comienzo de este debate que ahora se abre es ir a los números. Y éstos, desde el punto de vista social, parecen darle la razón. En el plano político, sin embargo, las cosas dan la impresión de no estar tan claras.
El sitio español el diario.es publica que mientras en España se votaba a gobiernos que llevaron a un 21,1% de la población por debajo del umbral de la pobreza y disparaban un 45% la pobreza infantil, el Hugo Chávez estigmatizado en nuestros medios reducía la pobreza de Venezuela un 44%, según datos dela CEPAL, lo que suponía que cinco millones de venezolanos dejaron de ser pobres.
“Venezuela ocupó, por cuarto año consecutivo, el primer puesto regional en apoyo a la democracia, con un 77% de respaldo popular que se demuestra con una participación electoral de más del 80 %, el 55% de la cuál votó a Chávez en las últimas elecciones presidenciales. En 1998 la participación era tan solo del 54%. En las últimas elecciones generales la abstención, junto con el voto nulo y el blanco, sumaron el 30%, y Mariano Rajoy fue presidente del gobierno por el apoyo a su partido de tan solo el 22% de los españoles”, siguió el diario.es, para enseguida añadir que mientras Hugo Chávez subió el gasto social al 60% de todos los ingresos nacionales percibidos, en España, en 2010, fue de 25,7% del PIB. Es cierto, como sostiene el periódico digital, que la mayoría de los españoles desconocen estos datos. Tanto es así que según el Barómetro del Real Instituto Elcano de diciembre de 2010, Chávez era el líder peor valorado por los españoles: 1,7 en una escala de 10.
Cuando Chávez asumió la presidencia de Venezuela, 14 años atrás, encontró un país destrozado por la corrupción y con unas instituciones completamente debilitadas.La Venezuelade hoy, en ese aspecto, el político, poco se diferencia de aquella otra. Incluso, la vieja Venezuela yla Venezuelabolivariana, reflejan dos realidades profundamente divididas, antagónicas.La Venezuelade una década y media atrás se dividía entre ricos y pobres; la actual, a la división social existente le suma la que separa a los chavistas de los antichavistas.
Esta división la refleja en un artículo el diario opositor El Universal al calificar el "estilo" de Chávez como "polarizador, sectario y agresivo con sus adversarios, generó la división del país en prácticamente dos grandes sectores: el chavismo, a secas, y la oposición democrática".
El Nacional, también crítico con el líder muerto, reconoció que Chávez “dominó todos los poderes del Estado, impuso la reelección indefinida, disfrutó de los más altos precios del petróleo, personalizó el poder de tal manera que luego de tres lustros de revolución bolivariana deja las a estructuras de un Estado construido a su imagen y semejanza".
El 5 de marzo de 2013 Chávez entró en la historia latinoamericana. Ella no le juzgará. Personajes como Perón, el Che, y ahora Chávez, están condenados al eterno debate.