El director y editor online del semanario británico, Nick Blunden, habló en la Conferencia de Estrategias de los Medios Digitales de Londres sobre los logros de su publicación. Ofrecer tres tipos de suscripciones a las versiones digital e impresa y conseguir una expansión global, son algunas de las claves de su éxito.
“The Media Briefing” plantea una pregunta a los lectores: ¿es posible conseguir que los clientes paguen más por un producto y estén felices? La respuesta parece ser afirmativa a tenor de lo que está pasando con “The Economist”. El semanario ha conseguido en un año que la mitad de sus suscriptores estadounidenses paguen un 25% más por un paquete en el que se les permite acceder a la versión impresa y digital.
Así, Nick Blunden, director de “The Economist” online, señala que “ahora tenemos tres opciones - impresa, digital y un paquete de ambas. Esto puede no parecer un gran cambio, pero nos ha dado una mayor flexibilidad y nos ha ofrecido la posibilidad de resaltar el valor de cada una”. Una cuarta parte de los nuevos suscriptores están eligiendo la edición impresa o digital solamente, mientras que la mitad están optando por comprar el lote.
Según Blunden, este dato “refleja que para la gente es muy cómodo pagar más por un paquete. Anteriormente, el precio por un acceso digital e impreso era de 127 dólares. Ahora un acceso sólo a la edición en papel cuesta 127 dólares, sólo a la versión digital 127 dólares también y el paquete son 160 dólares. Eso es un aumento del 25%”.
Otra estrategia que está siguiendo el semanario es la de basar su modelo de negocio en la expansión mundial. Aunque sólo dispone de una versión online en inglés, Blunden asegura que China y la India representan su cuarta y quinta fuentes de tráfico. “Econsultancy” publicó una entrevista de Blunden en la que aseguraba que el semanario satisface muy bien las inquietudes cada vez mayores de los ciudadanos por conocer lo que está ocurriendo no sólo fuera de su país, sino también en otros continentes, que repercute en su entorno político y económico. Y la manera de llegar a ellos es a través del contenido online y las redes sociales.
Otro punto clave para el éxito del semanario es que no es un medio más de noticias de última hora, sino en el que hay espacio para el análisis en profundidad de los hechos de actualidad. Así, este producto diferenciado es muy apetitoso para los lectores que quieren entender mejor qué sucede en el mundo, con una información de calidad por la que pagan gustosamente.
Blunden confiesa que les llevó un tiempo darse cuenta de que la gente disfruta de “The Economist” desde múltiples canales, ya sea la web, el papel o tabletas, y que estas plataformas no compiten entre sí, sino que son complementarias.
“The Journalism” informa de que Blunden también señaló en la conferencia londinense que el semanario está considerando ofrecer una suscripción de sólo audio, para aprovechar la popularidad de la edición de audio y podcasts.
El editor finalizó su intervención diciendo que “la gran oportunidad para nosotros y otros editores de la sala será cuando dejemos de pensar en nosotros mismos como un periódico o revista” y se tome conciencia de los cambios en el juego de la industria de noticias.