Google, el gigante estadounidense de las búsquedas, ha aceptado remunerar a los editores de prensa franceses, quienes desde hace tiempo venían reclamando una parte de los beneficios publicitarios por la utilización de sus contenidos.
En la conferencia de prensa en la que se dio a conocer el acuerdo, el presidente francés, François Hollande explicó que el pacto prevé que Google constituya un fondo con 60 millones de euros "para la transición digital y para la innovación". A juicio del mandatario, el acuerdo constituye "un modelo de asociación eficaz y con futuro en el mundo de la economía digital".
Desde finales de octubre, Hollande había amenazado con legislar si el buscador no consensuaba con los editores un mecanismo de remuneración por el uso de sus contenidos, llegando a concretar esas amenazas en una eventual "medida legislativa y fiscal" de la que se habló como "tasa Google". Como respuesta, el buscador estadounidense advirtió de que estaba dispuesto a dejar de redireccionar a los medios franceses a través de sus motores.
Todo el mundo parece pensar que este acuerdo es importante, pero nadie se pone de acuerdo sobre cuál será su impacto. Algunos lo consideran como una victoria del sentido común capitalista. Sin embargo, sobre una base puramente financiera, parece que los editores franceses han logrado una victoria pírrica en el mejor de los casos: con unos ingresos conjuntos de más de 9.000 millones de euros en 2011, un fondo de 60 millones es una simple gota en el océano para los medios de comunicación franceses.
Otros creen que se ha sentado un peligroso precedente y que el hecho de que Google haya demostrado que está dispuesto a pagar si se siente amenazado animará a gobiernos y editores reclamar más dinero. Piensan además que se trata de un juego peligroso que podría socavar la independencia de la profesión periodística y que, al final, los editores necesitan más a Google de lo que Google les necesita a ellos.
Francisco Pinto, jefe del Consejo Europeo de Editores (EPC) ya ha manifestado que el acuerdo del buscador con Francia debería hacerse extensivo a todos los medios de Europa. "La situación es nefasta para los grupos europeos de medios de comunicación. Y el uso que hace Google de sus contenidos se lleva a cabo sin la autorización de los titulares de derechos de autor y sin pagar nada a cambio. La disposición de Google para negociar es un primer paso que se debe seguir en otros países”, ha matizado.