El experto Ken Doctor lo tiene claro: el futuro del periodismo pasa por ir más allá, por la profundidad. Por eso, destaca la importancia que está teniendo en este aspecto la tecnología, que, en su opinión, está mejorando rápidamente la capacidad del periodismo para profundizar en las informaciones de una manera más rápida y más barata, según explica en un artículo publicado en el Nieman Journalism Lab.
Doctor indica que todo ello no es exactamente una revolución generada por ordenador, aunque subraya que la ayuda de la tecnología es capital. Explica que actualmente los lectores se están convirtiendo rápidamente en la principal fuente de ingresos para los periódicos y que vivimos en una época de muchísima información. Por eso, asegura, la gente busca contexto, no más contenido. El problema en este sentido es que la creación de contenido es demasiado caro, pero la diferenciación de las noticias es una necesidad.
“La única manera de diferenciarse en este mundo fragmentado es a través del mejor contenido”, señala Doctor, quien explica que muchas empresas de medios ya han invertido en formación para su personal investigador.
El autor afirma que los periodistas de investigación se han centrado durante mucho tiempo en las bases de datos existentes. Ese trabajo continúa, pero están surgiendo nuevas maneras de llegar a los denominados “datos no estructurados”. En Estados Unidos, por ejemplo, cientos de periodistas están aplicando a su trabajo el aprendizaje automático, el procesamiento de lenguaje natural y la agrupación de documentos. “Bien utilizada y programada, la tecnología puede hacer un montón de trabajo pesado periodístico”, señala Doctor.
“En parte, toda la innovación tecnológica permite a los periodistas inteligentes hacer mejores preguntas y obtener un resultado más rápido. Llegar a los datos no estructurados abre la investigación a gran cantidad de contenido que antes era inalcanzable. Este trabajo pionero abre fantásticas nuevas vías para la búsqueda de tendencias, para encontrar la historia oculta”, señala Doctor.