El avance arrollador de los móviles inteligentes, que ya explican la más del 50% de la venta de equipos terminales, no sólo implica el dibujo de un nuevo perfil en el usuario argentino, sino la introducción de este en el mundo de las aplicaciones.
Los argentinos están en pleno proceso de aprendizaje en el uso integreal de sus teléfonos móviles. Poco a poco, y venciendo una cierta timidez tecnológica, se animan a apretar – o deslizar – cada vez más teclas de sus aparatos móviles. Cada tecla descubierta representa una funcionalidad nueva. Les entusiasma la experiencia. Tanto, que el móvil que reemplazará a ese “viejo aparato” tendrá muchas más funcionalidades que el anterior, y eso lo hará diferente ante su propietario.
En este proceso de avance individual en el campo de la tecnología, las aplicaciones son las grandes beneficiadas. Las apps ya comienzan a resultar familiares, incluso para los neófitos tecnológicos. En este contexto, el negocio de las apps busca su lugar de privilegio en el mundo de las telecomunicaciones. Pero, ¿cuáles son las aplicaciones por las que un usuario está dispuesto a pagar?
El consultor argentino Enrique Carrier, sostiene que muy pocos desarrolladores de apps para móviles podrán vender sus productos al usuario final. “En líneas generales, los usuarios son muy poco propensos a pagar por apps, satisfaciendo sus necesidades con aquellas que son gratuitas”, afirma el experto, quien añade que entre sí están predispuestos a pagar, mayormente inmigrantes, lo hacen selectivamente para aquellas aplicaciones que aportan un beneficio concreto.
Lo cierto es que los usuarios tienden a privilegiar las apps preinstaladas a las que se suman aquellas que facilitan la comunicación de manera gratuita, como Whatsapp. Twitter y Facebook, ambas de perfil esencialmente de relacionamiento social, son las otras aplicaciones de mayor aceptación entre los usuarios.
Carrier afirma que la gente descubre el mundo de las aplicaciones al momento de salir de la tienda con un smartphone, ya que son pocos los usuarios que las instalan en sus ordenadores, sino que utilizan servicios a través del navegador. “De hecho, dice, el descubrimiento de las aplicaciones se da a travès de dos grandes ejes: la exploración del equipo y el contagio social”. El primero, explica, sirve para descubrir las apps preinstaladas “y marca la relevancia para los desarrolladores de formar parte de este selecto grupo”.
El segundo, sigue, es el resultado del boca a boca, la recomendación, “y es en muchos casos la base del éxito de Whatsapp”.
Carrier destaca que este proceso de “descubrimiento” de las aplicaciones al explorar los usuarios su móvil, se abren interesantes oportunidades para fabricantes y operadores. “Se podría pensar en acuerdos con proveedores de diversos servicios, como bancos, empresas de tickets, líneas aéreas, para la preinstalación de sus apps, lo que sin dudas aumentaría la utilización de estas”. Carrier da la pista.