El grupo periodístico más importante de Argentina y principal afectado por la nueva Ley de Medios Audiovisulaes, avisó que no presentará un plan de desinversión para adecuarse a la ley.
En Argentina todos esperan el 7 de diciembre (7D), día en que vence el plazo para que el Grupo Clarín se desprenda de activos a fin de adeucarse a la nueva norma que regula el sector. Fuertemente enfrentado con el gobierno de Cristina Ferández, muchos ven en la ley aprobada porla AdministraciónKirchneruna movida para obligarle a mal vender activos.
La pulseada entre los dos ex aliados en épocas de la presidencia de Néstor Kirchner podría alcanzar el próximo 7 de diciembre el punto de no retorno. Y los bandos, mientras tanto, alzan sus lanzas. El martes pasado, Clarín encendió otra mecha al anunciar que no presentará un plan de desinversión, tal como le manda la ley, aduciendo que la norma que lo exige está suspendida porla Justicia. El regulador estatal de medios audiovisuales recordó que si Clarín no cumple con la legislación licitará sus licencias exedentes.
Incluso, el presidente de la reguladora Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabatella, dijo que existen 20 grupos de comunicación en Argentina que tienen más licencias de medios audiovisuales que las que permite la ley del sector, pero afirmó que sólo Clarín se niega a cumplir la norma. Clarín, en cambio, sostuvo desde el comienzo de este conflicto, que sólo a él se le exige la desinversión que lo adecue al marco legal.
El 7 D está cada más cerca. Ni un Boca-River despierta tanta expectativa. Y es lógico: un choque de trenes no se ve todos los días.