La sombra de uno de los mayores visionarios del siglo XX está olvidada en Apple. Steve Jobs se burlo de la tableta de siete pulgadas de Samsung, y dijo que él nunca haría un iPad de semejante tamaño. Al año de su muerte, Apple ha presentado la versión mini del iPad, su gran creación. Excelentes prestaciones a precio de crisis y en 7,9 pulgadas. ¿Por qué necesita vender Apple un iPad pequeño, si del mayor ha vendido 100 millones de unidades?
Es un clon enano del iPad. Aluminio, pantalla de igual resolución, cámara de 5 megapíxeles, WiFi, y en él funcionan las 275.000 aplicaciones del iPad. Se pone a la venta el dos de noviembre en versiones de 16 GB (329 euros), 32 GB (429 euros) y 64 GB (529 euros). Las versiones con WiFi y 4G serán más caras. Los analistas se han hartado de recordar que el nuevo iPad mini va en contra de la forma de pensar de Steve Jobs, quien dijo que el nunca haría un iPad de menor tamaño.
Apple tiene más del 60% del mercado de las tabletas, y siempre se ha diferenciado por hacer terminales cool de elevado precio cuya compra es un signo de distinción. Esta vez, ha vuelto a repetir jugada. El iPad mini es un terminal cool, y más caro que los de igual tamaño de Google y de Amazon, con los que quiere competir.
La primera copia del iPad fue la tableta de7 pulgadasde Samsung, salió solo unos meses después y con el sistema operativo androide de los móviles. Un terminal más que correcto, que tuvo éxito. No fue hasta mucho después cuando Samsung lanzó la mejor copia androide del iPad. Tan buena, que ha sido denunciada por Apple en Estados Unidos. En esta guerra particular entre ambos fabricantes, Apple no podía imitar el tamaño de la primera tableta de Samsung.
Ahora, las cosas han cambiado. Google tiene una tableta de7 pulgadasen el mercado, y va a lanzar otra de10 pulgadas. La tableta de Amazon (Kindle Fire) tiene7 pulgadas, y el año pasado vendió cinco millones. Ambas son low-cost (199 $) por lo que podrán extenderse entre los colegios como el terminal de estudio de los alumnos. En ese punto, Apple no podía quedarse cruzada de brazos. Sin embargo, los inversores han castigado el valor, que cayó durante la presentación. ¿Tendrán razón, o los adictos a la manzana volverán a hacer cola para comprarlo?