La redacción de “El País” sigue a la espera de lo que se decida finalmente en relación con la propuesta de ERE que la empresa presentó hace unas semanas: 128 despedidos a 20 días por año con un máximo de 12 mensualidades brutas, 21 prejubilaciones para mayores de 59 años y la reducción del 15% del salario a la plantilla. Los trabajadores son conscientes de que existe una lista con los nombres de los implicados, pero no todos saben si están en ella.
Aunque en un primer momento la plantilla decidió que no quería saber los nombres de los redactores que podrían ser despedidos, lo cierto es que empieza a haber personal que prefiere saberlo. Por eso, algunos de los miembros de “El País” han comenzado a acudir a Recursos Humanos solicitando información. A todos aquellos que lo hacen, ese departamento les envía un correo electrónico sin firma en el que se les informa si están dentro de la lista o no. “Se están luciendo todas las partes, el comité también…”, dicen algunas voces de la redacción.
“…puesto que la lista de afectados por el expediente de despido colectivo iniciado el pasado martes está incorporada a la documentación facilitada tanto a la representación de los trabajadores como a la administración laboral, le comunico que está en dicha lista de afectados. En todo caso, el número e identidad de los afectados definitivamente por el despido colectivo será el que resulte de las negociaciones entre la dirección de la empresa y los representantes legales de los trabajadores y de la decisión que finalmente se adopte con o sin acuerdo en dicho periodo de consultas. Un saludo muy cordial." Ese es el mensaje que reciben los que están dentro de la lista del ERE.
Entretanto, siguen produciéndose noticias que en la redacción de Miguel Yuste están teniendo buena repercusión. El viernes, el periodista Enric González, uno de los corresponsables con mayor nombre de “El País”, anunciaba en un artículo publicado en Jot Down que dejaba el diario por voluntad propia. “Ahora comparto la opinión universal sobre Cebrián. A mí también me causa horror y una cierta repulsión. Pero prefiero pensar que está enfermo y que la cura a su enfermedad no puede pagarse con dinero. No debe ser, como pensé hace unos años, un simple caso de ludopatía bursátil. Si fuera así, habría recuperado ya la lucidez. Dudo que lo suyo tenga remedio. Es una lástima”, dice el artículo.
“Después de 27 años en El País, creo que debo irme. La decisión de despedir a un tercio de la redacción me permite acogerme, sin negociaciones particulares, a la indemnización que se establezca para el colectivo. El País ha hecho por mí mucho más que yo por él y hasta no hace mucho confiaba en que pese a la crisis, la general y la del sector, lograría superar sus disfunciones. Ya no confío”, remata.
Tras la comunicación de González, saltaron los rumores sobre las posibles salidas de Sol Gallego Díaz y de Joaquín Estefanía, aunque éstas fueron desmentidas.