El británico “The Guardian” atraviesa momentos complicados. Con unas pérdidas cercanas a los 44 millones de libras en el último año, en los peldaños más altos del rotativo se plantean soluciones drásticas. Una que está ganando peso es la de eliminar la edición impresa del periódico y centrarse únicamente en la página web, según informa “The Telegraph”.
“The Guardian” ya se ha visto obligado a reducir constantemente su paginación y algunos de sus suplementos. Busca también recortar gastos despidiendo a cerca de 100 personas de 650, pero ha tenido problemas para encontrar suficientes empleados dispuestos a acogerse a las bajas voluntarias. El objetivo parece ser ahora eliminar por completo la edición impresa, una posibilidad que se está “discutiendo seriamente” en la compañía.
El director, Alan Rusbridger, ha manifestado en varias ocasiones su intención de continuar con el papel al menos varios años más, pero parece que el tiempo se le está acabando, siempre según la información del “Telegraph”. La idea que tienen en mente los directivos es desarrollar la operación primero en Estados Unidos para que sirva de guía en Gran Bretaña. Sin embargo, Scott Trust, propietario final de Guardian Media Group, teme que esa operación se alargue en el tiempo, algo que quiere evitar a toda costa.
“The Telegraph” explica que buena parte del dinero que ha ahorrado la compañía últimamente se ha invertido en la ampliación de su edición en Estados Unidos y en las operaciones on-line. Todo ello condujo a la empresa a aumentar los ingresos digitales, que no fueron suficientes para equilibrar las pérdidas de explotación, que han seguido creciendo.
El año pasado, la compañía ya cerró la planta de impresión que había abierto hacía siete años. “Sin embargo, ahora parece más probable que deje de funcionar la imprenta por completo”, asegura “The Telegraph”. Ya la semana pasada, Andrew Miller, director ejecutivo de la compañía, reconoció que estaban tratando de “optimizar la economía del papel”, algo que supondría la reducción de costes y “un cambio de formato”. Un portavoz de la compañía negó después su intención de abandonar la impresión afirmando que “seguirá siendo durante muchos años el pilar de la organización”. El papel genera tres cuartas partes de los ingresos de la compañía, pero no logra beneficios.