El libro electrónico sigue penetrando, poco a poco, en el mercado español. En otras partes del mundo, en especial en el mundo anglosajón, su aceptación es mucho mayor. El diario francés “Le Monde”, que dedica un artículo a analizar los cambios que el ebook está provocando en las editoriales, reconoce que en Francia tampoco está muy extendido. Algunos datos lo confirman: los libros electrónicos suponen el 1% del volumen de negocio, mientras que en EEUU representa más del 20% de la literatura para adultos, según Arnaud Nourry, CEO de Hachette Livre, la segunda editorial más grande en todo el mundo.
En cualquier caso, la nueva plataforma está cambiando en todas partes las relaciones entre los autores y los editores. “Hemos decidido poner al autor en el centro”, explica Philippe Robinet, exjefe de Oh! Editions, que en abril lanzó una nueva compañía llamada Kero. “Ahora los ingenieros y los diseñadores trabajan junto a editores y autores”, añade Susanna Lea, agente literario de importantes autores franceses que forma parte de Versilio, una marca digital internacional que ha introducido una nueva innovación: los ‘slogs’, una palabra que nace de la mezcla de ‘sitio’ y ‘blog’ y que sirve para que los autores pueden hablar con sus lectores.
Además, Robinet explica que el ebook ha provocado cambios en los contratos de edición y en la forma de distribución de libros. Por ejemplo, su compañía ofrece a los autores contratos de más de 20 años con una cláusula de renovación, mientras que el contrato clásico abarca el periodo de los derechos de autor (setenta años después de la muerte del autor). En cuanto a los derechos secundarios (traducción, edición de bolsillo) estas nuevas editoriales suele ofrecerles una asignación del 65% (el 35% para la empresa), frente al 50-50 clásico.
En Kero, los autores disponen también del acceso en tiempo real a las condiciones de funcionamiento de su libro. Ante los cambios, los grandes grupos también comienzan a moverse. En España, Planeta ha creado Zafiro y Scyla, dos sellos que publican exclusivamente en digital a precios bajos; Ediciones B ha hecho lo mismo con la marca B de Books y Random House Mondadori ha abierto dos colecciones digitales, Endebate y RHM Flash. En Francia, “Le Monde” cita el caso de Univers Poche, una filial de Editis, segundo grupo editorial francés, que ha puesto en marcha 12/21, un sello dedicado totalmente a la tecnología digital.
Pese a todo, existen debates que continúan en punto muerto y hay discusiones sobre los contratos de edición digital entre el Sindicato nacional Francés de la edición y el Consejo permanente de Escritores que siguen estancados. En mayo, después de cuatro años de negociaciones, mientras las bases estaban cerca de un acuerdo, éste fracaso por culpa de la “reversibilidad”: cuando un autor quiere recuperar los derechos de su libro de papel y el editor quiere conservar la gestión de los derechos digitales. “Los editores no siempre quieren hablar de un contrato independiente de los derechos digitales”, señala Marie Sellier, del Consejo permanente de Escritores. “Le Monde” indica que, por primera vez, los autores están haciendo un frente común.