A través del ministro de Planificación, Julio De Vido, el gobierno argentino anunció que la compañía de capitales públicos Arsat manejará el 25% de las frecuencias móviles de tercera generación, tras anular la licitación programada. Se trata del espectro que tuvo que desinvertir la operadora española tras su fusión con Telecom Argentina.
No se trata de una decisión administrativa más. Con esta movida, el mercado argentino de telefonía sufre una importante modificación al otorgar una posición dominante a la empresa Arsat. El ministro De Vido destacó que Arsat explotará esas frecuencias por cuenta propia o en alianza con terceros, quedándose con más del 20% de la telefonía móvil de tercera generación.
La suspensión de la licitación obedeció, según De Vido, a que solo uno de los cinco oferentes cumplía con las condiciones pactadas, por lo que debían entregar todas las frecuencias a un solo operador, “y los argentinos estamos hartos de los monopolios”, exclamó quien fuera hombre de confianza de Néstor Kirchner, desde su época de gobernador de la provincia de Santa Cruz.
El funcionario argumentó que de las compañías que pretendían explotar esas frecuencias, la única que cumplía era Claro: Telecom Personal quedaba afuera por problemas de posición dominante; Nextel, porque tenía indicadores económico financieros negativos debido a la caída de su acción en la bolsa de valores de Nueva York; el grupo Vila-Manzano, porque no acreditaba la capacidad económica mínima necesaria; y el grupo Roggio tampoco cumplía con los antecedentes.
De Vido dijo que, con estas frecuencias, Arsat tendrá el 17% del mercado 3G en el área 1 (noreste y noroeste); el 22% en el área 2 (que incluye la ciudad de Buenos Aires y toda el área metropolitana) y el 20,5% en el área 3 (Patagonia).