Los operadores españoles pagan tres puntos porcentuales más de fiscalidad relativa a su sector que los de primeros países europeos, lo que lastra su cuenta de resultados. La crisis evidencia tasas absurdas, como la exigida para sostener a la televisión pública. Paco Román, lo ha denunciado, junto con la petición de extender el servicio universal, que ahora recae sobre los tres operadores dominantes (Vodafone, Orange y Telefónica) al resto de los operadores con red, tanto en comunicaciones fijas como móviles. También ha pedido a las autoridades flexibilidad para que el operador que invierta en redes de fibra óptica pueda rentabilizar la inversión, abriendo las redes a otros operadores.
Román ha dicho que no se trata de pagar menos impuestos, “debemos contribuir a ello. Vodafone ha pagado casi 27.000 millones en impuestos en cinco años, cifra muy importante. Pero el sector telco debe dejar de ser un generador fácil de impuestos, solo porque es un generador de cash-flow. La carga fiscal de los operadores españoles es tres puntos porcentuales mayor que las de los países medianos y grandes de nuestro entorno, como Alemania o Italia”.
La carga del servicio universal (llevar comunicaciones a zonas no rentables) en los tres primeros operadores con red (Vodafone, Orange y Telefónica) está, a juicio de Román, superada. Debería extenderse al resto de los operadores con red, tanto en comunicaciones fijas y móviles. No quiso dar nombres pero es una obviedad que es Yoigo y el resto de los operadores móviles y fijos de las CC.AA. “Estamos en esta situación desde 2006, y el mercado ha cambiado sustancialmente desde entonces, también debe hacerlo el obligarnos solo a nosotros tres a pagar el servicio universal”.
En fibra óptica, abogó por flexibilizar el marco de inversión para permitir a quien invierta en estas redes (fundamentalmente Telefónica) rentabilizar una inversión que es tan elevada. Sin embargo –añadió Román- estas redes de fibra óptica deben estar abiertas al resto de los operadores de forma no lesiva a quien invierte, equilibrando el estímulo a la inversión y su rentabilidad.