El grupo Hersant ha perdido la posibilidad de fusionarse con el grupo belga Rossel. El rechazo al acuerdo se achaca a la presión de los sindicatos franceses, que se manifiestan estos días contra los despidos masivos. Esta maniobra habría sido la tabla de salvación del grupo, al borde de la quiebra.
El imperio francés se encuentra al borde de la quiebra, con una deuda de 200 millones de euros, por lo que está preparando las ventas de cada una de sus cabeceras. La renuncia del grupo belga (propietario de diarios como Le Soir o La voix du Nord) a formalizar una fusión se escuda en las quejas de los sindicatos, en especial el CGT (Confederación General del Trabajo), que promovió una huelga de periódicos que se celebró el pasado jueves 5 de julio, dejando a los lectores sin gran parte de la prensa nacional. El sindicato denuncia, entre otros, los recortes previstos en el seno del grupo, que prevé la supresión de 220 puestos de trabajo de los 640 que conforman las cabeceras L’Union, L’Est clair y L’Aisne nouvelle.
El gran conglomerado, primer grupo mediático en Francia, fue fundado en 1986 por el magnate Robert Hersant, apodado “el ávido lector” por su frenética compra de publicaciones. El grupo France- Antilles, especializado en cabeceras de las colonias francesas de Guadalupe, la Guayana francesa y Haití, comenzó a adquirir otras publicaciones nacionales como Le Figaro o France Soir, así como múltiples regionales: Dauphiné liberé, Le Progrès o L’Union.
Mientras unos prosperaban, otros comenzaban a caer o no se recuperaban; por lo que Hersant dividió en dos la compañía: Por un lado, el frente sano de ultramar (France-Antilles); y por otro, la SocPresse, que aglutinaba las cabeceras francesas, plagadas de deudas.
A su muerte en 1996, tomó el relevo su cuarto hijo, Philippe, al que la prensa francesa califica de pésimo sucesor para encauzar semejante imperio. Tras la compra paulatina de Socpresse por Serge Dassault, el grupo encauzó su estrategia hacia los diarios gratuitos, con la compra de la Comareg en 2003 por 230 millones de euros. En 2007, la cabecera tenía una tirada semanal de 19 millones de ejemplares y su facturación multiplicaba por diez sus gastos. Pero el colapso de los ingresos publicitarios desde 2008 y la migración hacia internet hizo caer a La Comareg, que se declaró finalmente en bancarrota en 2010.
Según los analistas, el valor actual de los activos del Grupo Hersant Media (GHM) está por debajo de su deuda. Los diecisiete bancos acreedores de la compañía han declarado que intervendrán en las ventas para intentar obtener el máximo beneficio.