Un grupo de científicos de la Universidad de Tel-Aviv, la Universidad de California y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA han logrado una conexión inalámbrica a 2,5 Terabits por segundo mediante una técnica basada en vórtices ópticos -capaz de transmitir en múltiples canales sobre una misma frecuencia- en la que los investigadores lograron enroscar ocho haces de luz con una capacidad de 312 Gigabits por segundo por chorro.
Una nueva tecnología basada en enroscar haces de luz ha conseguido proporcionar una conexión Wi-Fi a 2,5 Terabits por segundo mediante una técnica capaz de transmitir en múltiples canales sobre una misma frecuencia.
Si trasladamos este lenguaje al uso común podríamos hablar que esta nueva forma de transmisión de datos lograría enviar a otro dispositivo siete películas en formato Blu-ray cada segundo.
El hallazgo ha sido realizado por los investigadores de la Universidades de Tel-Aviv, la Universidad de California y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA han logrado enroscar ocho haces de luz con una capacidad de 312 Gigabits por segundo por chorro.
Explicación del proceso
El invento radica en tomar un rayo de luz y enroscarlo sobre su propio eje. El hecho de retorcerlo hace que las ondas de luz en el eje se cancelen entre sí y sobre una superficie plana el resultado es un anillo de luz con una región oscura central: un vórtice óptico.
Por ello, al poder especificar la cantidad de giros y su dirección, los científicos e ingenieros han considerado diferentes maneras de sacar provecho a los vórtices ópticos mediante la transmisión de datos, según informa el portal Latam Israel.
La nueva técnica fue testeada entre dos puntos a un metro de distancia y con equipos de alta tecnología por lo que habrá que esperar para que se desarrolle una señal suficiente para transmitir a distancia más amplias y a través de un hardware a costo accesible para el mercado.