Así lo reconoció el ministro de Comunicaciones, Paolo Bernardo, en un discurso pronunciado en el 26º Congreso Brasileño de Radiodifusión. También aseguró que la propuesta de marco regulatorio de comunicación electrónica no será utilizada como mecanismo de control de las empresas de comunicación.
El funcionario hizo hincapié en que los cambios que se están produciendo en el sector constatan el hecho de que los usuarios de Internet ya superan a los de la televisión abierta en número de horas. Este fenómeno, reconoció Bernardo, obliga a continuar expandiendo la cobertura de banda ancha en el país. Así, reveló que la meta del Ministerio de Comunicaciones es elevar el servicio de Internet al 70% de los hogares hasta 2014, lo que se traduce en 40 millones de domicilios atendidos.
En las definiciones del ministro, tampoco estuvo ausente la crisis publicitaria que hoy afrontan los medios tradicionales. Mientras la prensa en papel observa cómo el pastel publicitario continúa contrayéndose, Internet ya responde por el 12% de la inversión total publicitaria, según reconoció Bernardo.
“La verdad es que hoy existe en Brasil y en el mundo un nuevo mercado que ya no puede ser llamado medios de radiodifusión, medios de telecomunicaciones, sino medios de comunicación electrónica”, sostuvo.
Con todo, las malas noticias para la televisión en abierto no llegan sólo desde la Red, también su prima hermana, la televisión de pago, ya le está “comiendo” parte de su negocio. De acuerdo a los datos que maneja Bernardo la televisión de pago reúne ya a 14 millones de suscriptores, curva que continuará su línea ascendente.
“Esta realidad, explicó, coloca a las tradicionales empresas periodísticas, como, por caso, las compañías de radio y televisión, en competición cada vez más directa con conglomerados de proyección global, como las operadoras de telecomunicaciones, fabricantes de equipos y gigantes de Internet”.
¿Censura?
La propuesta del marco regulatorio de comunicación electrónica preocupa a los empresarios de la televisión en abierto y a los propietarios de las radios. Específicamente, el temor, que no ocultan y alimenta los más diversos rumores, es que el Gobierno utilice la nueva normativa como una herramienta de control de las empresas de comunicación. Bernardo, sabedor de la intranquilidad que hoy puede vislumbrarse por este tema en uno pocos despachos, aprovechó el Congreso para expresar su repudio a cualquier amenaza a la libertad de expresión y reafirmar el compromiso del Gobierno encabezado por Dilma Rousseff en la defensa de la libertad de prensa.