La Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) llevó a cabo la subasta de para otorgar licencias nacionales. Vivo, del Grupo Telefónica, se quedó con la más importante de 20 Mhz. Claro, en tanto, se hizo con la segunda mayor de 20 Mhz.
Tal como estaba previsto, las cuatro empresas de telefonía móvil de mayor peso que operan en Brasil, se hicieron con frecuencias subastadas por la Anatel. Vivo, Claro, TIM y Oi, consolidaron, de esta manera, sus respectivas posiciones en el lucrativo y competitivo mercado brasileño.
Pero la operadora que se hizo con el premio mayor fue Vivo, la marca con que Telefónica aglutina sus actividades en Brasil. La líder, dio muestra de su fortaleza y la importancia que le da a sus negocios en Brasil, tanto, que en Madrid aseguran que Brasil será en poco tiempo más su principal mercado, incluso por delante de España.
Lo cierto es que Valor pagó por la principal frecuencia de 20 Mhz la cantidad de 1.005 millones de reales, lo que en euros equivale a 386,6 millones de euros. Claro, en tanto, deberá desembolsar 844,5 millones de reales (325 millones de euros). Las otras dos frecuencias subastadas, de 10 Mhz, fueron adquiridas por TIM, que deberá abrir la cartera para sacar 340 millones de reales, esto es, 131 millones de euos; y Oi, que se comprometió a pagar por la restante frecuencia unos 330,8 millones de reales (127,3 millones de euros).
Valor destaca, e incluso muestra su sorpresa, el hecho de que Vivo deba pagar el mayor fondo de comercio (66,6%), en relación al precio mínimo estipulado. “Su rival Claro que también adquirió una frecuencia de 20 Mhz afrontará un fondo de comercio mucho menor (34%). Llama la atención, continúa el periódico, las diferencias existentes para frecuencias equivalentes”.
Una causa posible de por qué Vivo pagó un fondo de comercio más caro es que buscó asegurarse la frecuencia de 20 Mhz que quedaba, ya que Claro compró antes la anterior. Para el ingeniero Mário Baumgarten, de Nokia Siemens, el fondo de comercio de la frecuencia de Vivo, no le representará ningún problema a la operadora, “ya que era necesario asegurarse la adquisición, sobre el riesgo de perder un bloque nacional de mayor capacidad”.