Si bien aún no se aprobó la ley que regulará las frecuencias de cuarta generación, los proveedores de equipamientos ya revisaron al alza sus proyecciones de inversión.
Finalmente los números les están diciendo que tendrán que desembolsar unos 2.800 millones de reales, o lo que es lo mismo, poco más de mil millones de euros para la implementación de las redes en el país. El director de Desarrollo de Negocios de Nokia para América Latina, Fernando Carvahllo, reconoció que sus previsiones representaban un tercio de esa cifra, pero les entusiasma el negocio ya que “ese mercado es muy fuerte”. De hecho, Brasil se llevará el 50% de las inversiones de Nokia en América Latina para 4G.
Mientras tanto, operadoras y la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) miden fuerzas con la vista puesta en el cambio de reglas en la legislación. En rigor, Claro, Vivo, Oi y TIM presentaron la semana que pasó un pedido de impugnación de la normativa. Anatel tiene plazo hasta el 5 de junio para responder.
Así, mientras los abogados hacen su trabajo, los proveedores ya concluyeron la mayor parte de los tests de los productos con las operadoras, aunque los resultados se guardan como si se trataran de secretos de Estado. Sin embargo, Valor publica las principales características de los productos.
La Asociación Brasileña de Telecomunicaciones (Telebrasil) informó que el mercado potencial de la tecnología 4G brasileño puede ser calculado por el número de terminales con acceso a Internet, que alcanzó los 40,9 millones de aparatos en abril.