El secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Víctor Calvo-Sotelo, pone como excusa el adelanto de la llegada de los móviles de cuarta generación para justificar el cierre de la mitad de los canales TDT. Con ello se ahorraría el desembolso de los 800 millones de euros del dividendo digital. No los tiene.
La apisonadora de los recortes del PP no ceja en su empeño de ahorrarse el dividendo digital. Victor Calvo-Sotelo, secretario de Estado de las Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, ha declarado a Europa Press su esperanza de llegar a un acuerdo “en las próximas semanas y dentro de las conversaciones” que mantiene con las cadenas de televisión para que renuncien a la mitad de sus programas. Con ello se ahorraría los 800 millones de euros que costaría la reantenización para recibirlos en las nuevas frecuencias que les han asignado. Es el proceso denominado dividendo digital.
La desfachatez de Calvo-Sotelo no tiene límites, igual que sus declaraciones. Se escuda en la conveniencia de adelantar en "un año la llegada de la telefonía de cuarta generación a España", algo que a nadie interesa. Obligaría a los operadores móviles a acelerar sus inversiones en tecnología LTE para montar las redes de cuarta generación, cuando su facturación se retrae, y el consumo de banda ancha móvil crece de forma ralentizada. No hace falta adelantar la llegada de las redes LTE sobre las fechas previstas.
Obligar a las cadenas de televisión a que renuncien a la mitad de su espectro y, con ello, a la mitad de sus canales o a la posibilidad de emitir en HD es, para Calvo-Sotelo, “simplificar” el plan del dividendo digital del anterior Ejecutivo. El Secretario de Estado asegura que la medida "permite ahorrar parte de los 800 millones de euros presupuestados" para realizarlo.
Habla de ahorrar un “dinero público”, sin poner los puntos sobre las ies. El dividendo digital obliga a los canales nacionales a mover sus programas para liberar la banda de frecuencia 790-862 MHz antes de 2015, y dejarla para montar la red 4G móvil. El gobierno de Zapatero la otorgó a Movistar, Vodafone y Orange por 1.250 millones de euros, en un paquete que costó 2.000 millones de euros, cuyo grueso ha sido ya abonado. Sería mejor que Calvo-Sotelo admitiera que el dinero ha sido gastado por el anterior ejecutivo, y que el actual utilizará el dinero que queda por abonar, unos 650 millones de euros, en enjugar el déficit del Estado. Lejos de hacerlo, insiste en que el proyecto de Zapatero era más caro y más largo.