Medios de Comunicación

La pelea por el poder en Rizzoli pone en peligro el futuro de ‘El Mundo’

Uno de los principales accionistas ha dado el portazo

Manuela Cruz | Martes 02 de septiembre de 2014

Unidad Editorial, que edita ‘El Mundo’, podría verse afectada por los movimientos en el consejo de dirección del RCS MediaGroup, la empresa propietaria de Rizzoli, a su vez dueña de la española. El grupo Rizzoli-Corriere della Sera presentó un resultado neto de 322 millones de euros de pérdidas durante 2011, en buena parte debido a que su filial española cerró dicho ejercicio con 330 millones de pérdidas, un dato que contrasta con los 13,1 millones de beneficios que obtuvo un año antes.



La reunión del pacto de accionistas que controla el 63,5% de RCS MediaGroup del pasado 4 de abril acabó en bronca y con el portazo de Diego della Valle, dueño de la conocida empresa de calzado Tod’s, que anunció que dejaba el grupo, informa el diario francés ‘Le Monde’. “No es así como se gestiona una empresa”, declaró un furioso della Valle, que sospecha que los dos principales accionistas, Mediobanca (con 14,2% del accionariado) y Fiat (con el 10,5%) preparan un "golpe de fuerza" para hacerse con el control del grupo en la próxima asamblea general, que se celebrará el próximo 2 de mayo.

Della Valle no tuvo reparos en afirmar que su salida se debe al “torpe y espurio comportamiento de algunos de los miembros del consejo de dirección”, según Reuters. En una información publicada por el diario itialiano ‘La Repubblica’ dijo abiertamente que Renato Pagliaro, presidente de Mediobanca, y John Elkann, presidente de Fiat,  eran los principales responsables de la “caída libre” de la empresa, y les tildó respectivamente de “simple empleado” y “chavalito” (Elkann tiene 36 años). Fiat y Mediobanca propusieron, entre otros temas, reducir el número de consejeros de 22 a 12.

Uno de los asuntos que ha centrado el desacuerdo en el pacto de accionistas es precisamente Unidad Editorial, que edita, entre otros, ‘El Mundo’, ‘Marca’ y ‘Expansión’. El grupo español, que ya anunció antes de las vacaciones de Semana Santa que debido a un proceso de transformación del modelo de negocio, presentará un número importante de despidos, que no cuantificó, podría ver ahora su futuro aún más comprometido. En el primer trimestre de este año los ingresos en el Grupo Unidad Editorial han caído un 20% respecto al mismo periodo de 2011, y los resultados negativos de 2011 no presentan un terreno abonado para mejorar sus finanzas. La crisis ha hecho que la adquisición, que costó 1.200 millones de euros a los italianos y fue financiada por endeudamiento, pase de ser una inversion arriesgada a una situación desastrosa.

El otro asunto que llevó a la pelea bierta en la reunión del 4 de abril fue el asunto Flammarion (que compró en 2000 por 183 millones de euros), otra propiedad que se ha convertido en un activo no estratégico para algunos de los accionistas. Los italianos han decidido poner a la venta su filial francesa para reducir sus pérdidas. En el caso de la española habrá que esperar a la asamblea de mayo para saber si se toma una decision igual de drástica.

Nuevo accionista principal

Giuseppe Rotelli, conocido como 'el emperador de las clínicas' por ser dueño de varios centros sanitarios, compró por 53 millones de euros el 5,34% que la familia Toti tenía en RCS, con lo cual, con el 16,51% se convierte en el principal accionista. El día 6 de abril, dos días después del escándalo y uno después de esta adquisición, la cotización en bolsa del grupo subió en un 20%, según 'Il sole 24 ore'.

Toda la atención está fijada en Rotelli y sus próximos pasos. En principio se abre un nuevo escenario en el que es posible que su posición de poder desplace a algunos miembros de la junta. Rotelli ha sido un socio silencioso de RSC, y poco a poco, ha ido haciéndose con acciones de la empresa, informa 'l'Unità', que asegura que el objetivo del empresario no es hacer una inversión especulativa, de corta duración, sino "alimentar una pasión" y conquistar poder en el mundo editorial.

Rotelli es contrario a la venta de la sede histórica del grupo en el centro de Milán, por la que se ha interesado Zara, del grupo Inditex. Tampoco quiere vender la filial francesa Flammarion, y falta por ver cual es su punto de vista sobre la crítica situación de su filial española. 'Dow Jowns News Wire' apunta que si el grupo se niega a vender Flammarion por valor de al menos 300 millones de dólares, se verá "obligado a lanzar una fuerte recapitalización, de hasta 500 millones de dólares, para sanear las cuentas y reequilibrar el saldo de deuda, de 938,2 millones".