Solo un 7% de empresas periodísticas llevan la cuestión del precio a la sala de juntas, en contraste con el 47% de otras industrias como la energética.
El precio importa, y en el caso de la prensa, sumida en una grave de crisis, importa mucho. Según un post de Patrick Smith, de TheMediaBriefing Experts, un hipotético aumento del 5% en el precio impulsaría los beneficios en un 33%. De la misma forma, una rebaja del precio no solo devalúa el producto, sino que el aumento del volumen de negocios debería ser inmenso para que compensase: si el precio baja en un 10%, el volumen debería aumentar en un 100%.
En comparación con otros sectores, el de los medios solo ha revisado sus precios al alza por encima de la inflacción en el 30% de los casos. Las empresas de construcción los subieron, sin embargo, un 71%, y la industria química, un 51%.
Smith destaca en su artículo la cuestión obvia de que los precios de las ediciones digitales deben ser más bajos que las de papel. Un dato interesante, sobre la importancia de establecer distintos precios para distintos productos, lo ilustra con una encuesta del verano pasado sobre el coste de suscribirse a determinados servicios de información. Preguntados si 9,99 libras al mes parecía razonable, un 32% de quienes no tenían un iPad u otras tabletas contestó que era demasiado alto, mientras la cifra bajaba al 20% para los que sí tenían uno.