Los poderes fácticos de la industria cultural siguen adelante con su Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA, en inglés) para la supuesta protección de la propiedad intelectual, que quiere controlar la libertad de Internet para mantener su caduco negocio de intermediación. Asociaciones de Internautas y organizaciones ciudadanas responden de forma contundente.
El acuerdo multilateral voluntario ACTA para fijar protección y respaldo a la propiedad intelectual sigue su camino autocrático para imponer las reglas del juego en Internet sin contar con sus usuarios. 22 de los estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España, han firmado en Japón el tratado ACTA el pasado 27 de enero. Se suman al gran grupo de países ya firmantes, entre los que destacan Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, que ha sido su principal impulsor.
Las todopoderosas RIAA y MPAA, las asociaciones de las majors musicales y cinematográficas, respectivamente, de los Estados Unidos han sido los impulsores de ACTA. “Quieren mantener su negocio de intermediación que esta en decadencia, y han desarrollado ACTA para imponerse en Internet y evitar su desaparición. Cuando lo que deberían de hacer es adaptarse al nuevo escenario de Internet”, explica Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, que tiene más de 2.700 internautas españoles asociados.
“Con la excusa de un acuerdo sobre bienes falsificados se intenta controlar Internet. ACTA ha seguido un proceso oscuro, siniestro y no democrático para limitar el e-commerce. Quiere llevar el copy right físico a Internet, y ese modelo no funciona porque en Internet se pueden hacer copias a golpe de clic, hay que reformularlo. En vez de ello, ACTA remunera al intermediario, y nosotros queremos remunerar al artista”, asegura Enrique Dans, profesor de IE Business School.
Boicotear la votación
El siguiente paso que la española Asociación de Internautas quiere evitar es la aprobación en el Parlamento Europeo de ACTA el próximo mes de junio. El rechazo de las autoridades europeas a este tratado mundial sería un freno decisivo a su implantación. “Trabajamos en consonancia con el resto de las asociaciones europeas, desde hace tres años, en campañas conjuntas. Ahora estamos enviando cartas a los eurodiputados para que voten en contra de ACTA en junio. También hemos protestado al nuevo ministro de Educación Wertz” añade Domingo.
Suma fuerzas Avaaz.org, la red mundial de diez millones de ciudadanos que defienden grandes causas. Está haciendo una fuerte campaña de recogida de firmas para elevarla al Parlamento Europeo, similar a la realizada contra el cierre del portal de descargas Megalaoup, en la que consiguieron tres millones de firmas. “El tratado mundial ACTA podría permitir a las grandes empresas censurar Internet. Les permitiría también imponer grandes sanciones, incluso la de prisión, contra los culpables que, según ellos, perjudican sus intereses”, afirma Avaaz.org. La organización debe conseguir medió millón de firmas para elevar sus razones a Bruselas.
Avaaz.org informa que los gobernantes de las cuatro quintas partes de la población mundial han sido excluidos de las negociaciones de ACTA. Para la organización mundial, lo peor es que ACTA se ha “vendido como un acuerdo comercial para proteger los derechos de autor, y podría también conducir a la prohibición de medicamentos genéricos de primera necesidad, y amenazar el acceso de los agricultores a las semillas. Y más increíble todavía, el comité ACTA tendría carta blanca para modificar sus propias reglas y sanciones, sin ningún control democrático".
Obama hecha el freno
La contestación mundial ha frenado el desarrollo de las leyes PIPA y SOPA, contra la piratería. El presidente Obama ha intervenido expresamente para retrasar su aprobación “hasta que haya un acuerdo más amplio para una solución”, según ha dicho. Google fue una de las plataformas más fuertes en apoyar la protesta contra estas leyes.
“SOPA, PIPA, la ley Sinde o Megaloup son todo lo mismo. Movimientos sacados de forma oscura que ponen los derechos de autor por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como son la libertad de expresión y la privacidad. Estamos a favor de los derechos de autor y son legítimos, pero la libertad de expresión debe dirimirla un juez, y no el FBI o empresas”, asegura Domingo. Los internautas defienden que no todo lo que corre en Internet tiene derechos de autor, por lo que prima delimitarlo. “Antes debemos defender los derechos civiles que están atacando. Esa es ahora nuestra pelea, y no la pelea a favor o en contra de las descargas, como se dice”, añade Domingo. Cuando llegue el momento de regular los derechos de autor y las descargas, los representantes de los internautas quieren estar presentes.
Los países de la vergüenza
Los países firmantes de ACTA son Austria, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, España, Suecia, el Reino Unido, Australia, Canadá, Japón, Corea del Sur, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur y Estados Unidos.